Momentos juntos: calidad vs cantidad

Es falso que venimos al mundo solos. Lo normal es que nos acompañe nuestra madre, algunos médicos y enfermeras y muchas veces nuestro padre en la sala de parto. También es mentira que podemos enfrentarnos solos a las diferentes dificultades que el mundo nos presenta, porque nuestros padres y familiares cuidan de nosotros durante los primeros años de vida y luego lo harán los amigos y la futura familia que formemos. En fin, no estamos solos y el tiempo que pasamos con nuestros hijos, reforzará ese mensaje.

Olvidemos aquello de brindar tiempo de calidad a cambio de cantidad, ambas cosas son importantes para nuestros hijos en la sociedad de hoy, porque no bastan los raticos en que nos podamos escapar de otras responsabilidades, cuando tenemos la competencia moral viviendo con nosotros en casa vendiendo sus valores por TV, juegos de video o la música del momento.

El sistema nos vendió la fórmula de pasar tiempo de calidad con nuestros hijos para que la cantidad se la dediquemos al trabajo, a la productividad para que otros se hagan ricos. De esta manera el sistema se garantiza para su propio interés, generaciones de personas que siempre sacrificarán a su familia por pasar tiempo en el trabajo. Un condicionamiento generacional que ofrece mano de obra segura, barata y desprendida de sus afectos, capaz de construirse una escala de valores tan bizarra, que ubica a su familia en las posiciones inferiores.

Con lo dicho acá no queremos pedirte que renuncies a tu trabajo y le des un discurso “comunista” a tu jefe para que entienda que quieres formar un hogar distinto, lleno de calidad y cantidad de tiempo compartido. Tampoco debe entenderse este llamado de atención como una excusa para la “vaganza”, para el “reposerismo” y para el ausentismo laboral, porque más de uno he conocido que pone como excusa la atención a sus hijos, y lo que menos hacen es pasar ese tiempo con ellos.

Queremos poner el acento en que nuestro deseo de ser padres debe materializarse de forma tan poderosa, que nos haga capaces de transformar nuestra propia vida en una que a ellos les resulte de provecho. No basta un papá que sólo nos dé el beso de buenas noches o al que veamos los fines de semana. No basta una mamá que sólo nos busque al colegio y resto del día nos mantenga en situaciones estresantes no aptas para niños. El mundo necesita padres creativos y amorosos, capaces de transformar momentos pequeños en grandes e inventar cualquier excusa para estar junto a los hijos. Ellos lo van a valorar por el resto de sus vidas.

Calidad y cantidad

Ambas cosas son importantes, decíamos. Los niños pequeños no miden la atención que les prestamos por horas, pero tampoco la califican cualitativamente en gráficos estadísticos. Es importante mantener el contacto cercano con los chamos y a partir de allí surgirán ideas para que nuestros momentos juntos sean numerosos y de provecho.

Primero debes organizar bien tu horario para saber de cuánto tiempo al día dispones para ellos, para ti mismo, para tu pareja y el resto del mundo. Una vez determinada esa variable, improvisa y crea nuevos espacios. Aquí algunas notas que debes tomar para pasar esos momentos memorables con los peques:

• Comparte lo que tengas que hacer con ellos. Labores del hogar, algunas cosas de tu trabajo, ir de compras. Aprovecha esos momentos para hablar con ellos, contarles alguna historia o simplemente para explicarles algo de ti que quieras que ellos sepan.
• Ten por costumbre preguntarles siempre cómo están. Cuéntales también cómo estás tú, cómo te fue en el trabajo y pregunta cómo le va en su escuela, deporte u otra actividad.
• Atrévete al menos una vez al día a entrar en su mundo. Descubre ese niño que aún eres e invítalo a jugar con tu hijo. Seguramente entenderás muchas cosas que no te cuentan jugando con ellos.
• Comparte lecturas. Léele cuentos y si ellos saben leer, has que ellos lean para ti. Verás cómo se empieza a ampliar la visión del mundo, de tu mundo.
• Si tu trabajo te absorbe y no tienes mucho tiempo para dedicar, no dañes lo poco que das con más trabajo. Evita el teléfono, la computadora y deja de pensar en lo que harás mañana. Aprende a disfrutar el hoy con tus hijos.
• Si en algún momento del día en que no estés con ellos, los recuerdas, llámalos y hazle saber que los piensas. Ellos se sentirán importantes para ti.

Estos momentos de cantidad y calidad nos dejarán resultados positivos como el incremento de la comunicación familiar, cobrará mayor importancia cada vínculo afectivo, aumentará la confianza, la seguridad y la autoestima. Además a ti te puede ayudar en liberar estrés y tensión laboral, les enseñará a divertirse juntos y favorecerá el conocimiento mutuo. Inténtalo, no será tiempo perdido.

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