Promesas electorales – Promesas sobre el bidet

Parafraseando la vieja frase: Promete, promete que alguien te creerá, los políticos en campaña se han especializado en hacer promesas incumplibles, que lo único que hacen es alimentar esperanzas. Como le decía Charly Garcia a su novia Zoca, en el tema Promesas sobre el bidet: “Por favor no hagas promesas sobre el bidet. Por favor no me abras más los sobres, por favor yo te prometo te votaré (escribiré).”

Se acercan los tiempos de elecciones y en mi país, mi provincia, mi ciudad las promesas de los políticos, juntamente con las obras, se multiplican como los panes y el vino en la boda de Caná. Aunque en las campañas políticas se multiplica sobre todo, el vino “engañador que embriaga y confunde”.

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Eso son las promesas electorales, vino gratis. Por qué. Los españoles que invadieron América, les entregaban vino a los aborígenes para emborracharlos y poder engañarlos, para vencerlos o para tener sexo con las mujeres, también ebrias. En las campañas políticas se regala el mejor vino y la mejor comida, de a poquito, como para probar y quedarse con las ganas.

Las promesas son variadas y muchas veces hasta épocales y circunstanciales. En mi país hay miles de ejemplos. Menem en 1989 asume con las promesas electoralistas de Salariazo y Revolución Productiva. Lamentablemente fueron los años con mayor pérdida de poder adquisitivo del salario y la mayor cantidad de cierre de fuentes laborales. De la Rua, prometía un gobierno serio y se terminó yendo antes de tiempo.

Y no hablemos de las obras necesarias, pero que todas juntas se notan más. Como hongos después de la lluvia, en el bosque urbano se llena de obras-hongos. Esto es para que el pueblo vea como el gobierno realiza obras, obras que pasada las elecciones se eternizarán en construcciones no terminadas o mal terminadas. O sin ningún presupuesto para el mantenimiento, sufriendo un deterioro con el paso de los años, que en un momento será más barato hacerlas de nuevo que repararla.

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Charly le decía a Zoca que estaba sentada en el bidet mientras él se duchaba. “Por favor no hagas promesas sobre el bidet. Por favor no me abras más los sobres, por favor yo te prometo te votaré (escribiré).” Pido a los políticos que no hagan promesas cerca de las elecciones, que no abran los deseos no satisfechos que, al que menos mienta, le prometo que lo votaré.