Aquel que no quiso emigrar

En nuestras familias existe siempre alguien que nunca en su vida querrá salir de la habitación que tiene en la casa de sus padres, así crezcan, se casen y tengan sus propios hijos, buscarán la forma de agrandar ese cuarto y continuar viviendo en ese lugar.

En lo personal, no apoyo esa forma de vivir, cada uno de nosotros debe dejar el nido en algún momento y construir uno propio, tener su propio espacio.

En un principio, esto radica en la educación y crianza recibida en casa, los padres que cuidan mucho de sus hijos de cierta forma les están creando un sentimiento de dependencia al infante que luego será muy difícil cortar ese vínculo, o como vulgarmente se le dice, cortar el cordón umbilical, y con el tiempo se darán cuenta de los problemas graves que esto acarrea.

Vivir bajo el mismo techo de tus padres significa seguir viviendo bajo sus reglas a mi parecer, ya sea por cuestión de respeto o cualquier otro motivo, así seas mayor de edad y «autosuficiente» usted aún se encuentra dentro de su hogar natal y no eres lo completamente independiente como para buscar un sitio aparte donde vivir y poder hacer lo que quieras, recuerda que sigue siendo la casa de mamá y papá.

Muchos de esos hijos, a los que sus padres protegen en exceso, con el pasar de los años se acostumbran a siempre contar con el apoyo de los padres, y la situación se pone tensa cuando ya, el no tan pequeño niño, se atreve a alzar la voz, a querer dominar a sus progenitores e incluso llegan a la violencia y maltrato verbal, psicológico y físico. Esto no se debe permitir bajo ninguna circunstancia, debe existir la disciplina y respeto siempre, los padres son figuras de autoridad y respeto en el hogar, son lo más cercano que tenemos a un ángel sobre la Tierra, ellos nos dieron la vida y todo lo necesario para sobrevivir, nada ni nadie sobre la tierra nos da el derecho de convertirnos en este tipo de personas que hoy describo en el texto, es nuestro deber amarlos, cuidar de ellos y ya cuando están mayores o viejitos, regalarles lo mejor de nosotros en recompensa por haber hecho un trabajo tan difícil, como lo es ser padres, de forma correcta.

A los padres, deben cuidar a sus hijos, pero también deben dejarlos crecer y tomar decisiones por sí mismos, siempre y cuando cuenten con sus consejos y guía, eso los hará ser buenos hijos y personas.

A los hijos, solo hay que querer y amar a los padres que la vida nos ha dado, son nuestros ángeles y protectores en la tierra, solo merecen amor y mucha felicidad.

Seamos buenos hijos y emigremos de casa, es la misión biológica que tenemos, incluso en el reino animal se repite este ciclo de vida, pero eso sí, visitarlos y compartir con ellos eventualmente es algo necesario… ellos no nos abandonaron nunca, no lo hagas tú con ellos.

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José Miguel Sequera

Estudiante de deporte, futuro entrenador, esgrimista, fotógrafo, fui director de fotografía en la revista +deporte.

"La vida es hoy pero hay que estar listos para el mañana"