Amnistía: Libreto del olvido de la derecha internacional

El martes 29 de marzo la bancada opositora de la Asamblea Nacional aprobó en segunda discusión la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional. En un principio, el proyecto se presentó con 45 artículos, pero el texto aprobado finalmente se redujo a 29. El instrumento pretende otorgar “la más amplia amnistía” a una diversidad de delitos, faltas o infracciones ocurridas entre el 1 de enero de 1999 hasta la entrada en vigencia de la ley y que tienen, como denominador común, que hayan ocurrido, según los imputados, en hechos de finalidad política (contra el gobierno de Hugo Chávez y/o Nicolás Maduro).

La Ley busca perdonar delitos como la apología del delito, la instigación al odio, el agavillamiento, importación y fabricación de artefactos explosivos, porte ilícito de armas, intento de ultraje a funcionarios públicos y hasta hechos relacionados con estafas inmobiliarias y otros hechos de corrupción.

Cuando la derecha pretende poner “punto y final” a la persecución de sus propios delitos, el malestar y el dolor se mantienen históricamente vivos, y existen ejemplos fuera de nuestras fronteras que lo demuestran.

España: Amnistía y olvido para el franquismo (1977)

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Francisco Franco fue el líder del capítulo más obscuro de la historia de España del siglo XX. Luego del inicio de la guerra civil española en 1936, se hizo con el poder hasta el año 1975. La cantidad de muertes y desaparecidos no está determinada, pero alcanza los centenares de miles, producto de la persecución, desaparición y ejecuciones sumariales, además de torturas en extensos campos de concentración.

El Congreso español en el año 1977, luego de la muerte de Franco y en una escueta transición a la democracia, aprobó la Ley de Amnistía que perdonaba prácticamente todos los delitos cometidos entre el 38 y el 75. Vale acotar que la izquierda de ese país, representada por el Psoe y el Partido Comunista, votó a favor.

En un principio favoreció a presos políticos, pero luego se traduciría en el horror. Cuando las familias de las víctimas del franquismo solicitaron se investigara a los implicados en sus muertes (funcionarios y esbirros del franquismo) y cuando solicitaron ayuda del Estado para localizar los cadáveres de los desaparecidos la respuesta de los tribunales fue lapidaria: “Esos delitos ya prescribieron y la Ley de Amnistía no permite hacer las investigaciones pertinentes pues fueron absueltos los implicados”. Hasta el sol de hoy la Ley sigue vigente y hasta la misma ONU ha solicitado su derogación pues es un “franco” obstáculo para los derechos humanos en ese país.

Argentina: la amnistía fue punto y final (1986-87)

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Entre 1976 y 1981, Jorge Rafael Videla fue el dictador que lideró el llamado “Proceso de Reorganización Nacional” luego de derrocar a María Martínez de Perón. Fue una de las férreas dictaduras del cono sur cuyo prontuario asciende a 40 mil personas desaparecidas durante su régimen.

En 1986 y 1987 se decretaron la Ley de Punto Final y Ley de Obediencia Debida, respectivamente, que cerraron el paso a cualquier investigación sobre la desaparición de personas en esos años. Para rematar, Carlos Menem dictó una serie de indultos en 1990 en los que se incluyó al mismísimo Videla.

En 2003 el tribunal de ese país anuló esa ley y abrió un nuevo capítulo en la historia argentina. Aún queda mucho camino por recorrer, las Madres de la Plaza de Mayo lo atestiguan.

Chile: amnistía para el legado de Pinochet (1978)

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El 11 de septiembre de 1973 empezó posiblemente la dictadura más sanguinaria del cono sur, con la llegada de facto al poder de Augusto Pinochet. Ejecuciones, desapariciones y persecuciones más allá de sus fronteras con el Plan Cóndor son solo algunas de sus terribles obras.

En 1978 se publicó un Decreto Ley de Amnistía que perdonaba todos los delitos cometidos en ese periodo, con varias excepciones entre las que no figuraba el homicidio. El régimen de Pinochet se blindó legalmente de muchas formas, de hecho él fue jefe del ejército de ese país hasta 1998. Y aunque Michelle Bachelet solicitó la anulación de este decreto, aún se discute en el seno del parlamento si se hace o no.

El Salvador: olvido para el monaguillo Andrés (1992)

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Entre 1980 y 1992, El Salvador vivió una cruenta guerra civil por la llegada al poder de una Junta Militar de Gobierno que instauró un régimen de ultraderecha. El Frente Farabundo Martí inició una resistencia armada para derrocar al gobierno, que respondió con la creación de los escuadrones de la muerte: grupos paramilitares que tuvieron licencia para hacer cualquier tipo de crímenes de guerra. Se estima que hubo 75 mil muertes durante ese periodo de enfrentamientos.

La Ley de Amnistía para la Consolidación de la Paz fue uno de los pasos previos para la desmovilización del Frente, pero también limpió el expediente de todos los integrantes de los grupos paramilitares que en nombre de la “libertad” mataron, torturaron y violaron sin distingo.

De esta historia oscura de El Salvador queda en el recuerdo el asesinato a sangre fría de sacerdotes promotores de la teología de la liberación, entre los que se destaca Óscar Arnulfo Romero, recientemente canonizado. ¿Recuerdan la canción “el padre Antonio y su monaguillo Andrés” de Rubén Blades?

 

DesdeLaPlaza.com/Simón Herrera