La hora de los campesinos de la patria

Coincidiendo con el llamado del presidente Nicolás Maduro a la ofensiva para derrotar definitivamente el Golpe de Estado que ataca especialmente a nuestra economía productiva, está por iniciar el ciclo de producción vegetal Norte-Verano.

También conocido  como ciclo de los campesinos y de los pequeños productores, es de mucha importancia porque marca el final del año y define las primeras cosechas del año venidero. Su nombre se debe a las lluvias ocasionadas por los vientos del norte en el último cuatrimestre del año, los cuales marcan la transición hacia el período seco.

En este ciclo se producirán los vegetales que más impactan en la inflación y las leguminosas tan necesarias como fuente de proteínas. El principal insumo necesario es la fuerza de trabajo campesino sobre la tierra como medio de producción fundamental, sin embargo, la ecuación se completa con semillas, fertilizantes orgánicos y minerales entre otros, además interviene la necesidad del financiamiento.

Hasta la llegada de la revolución los campesinos tenían dos opciones: vender su fuerza de trabajo a quienes poseían los medios de producción o simplemente realizar la llamada agricultura de subsistencia que significaba hambre y miseria. En el capitalismo se excluyen de la oportunidad de financiamiento a estos pequeños agricultores, así estén o no agrupados en formas colectivas más avanzadas como comunas o consejos comunales.

El Comandante Chávez conoció en carne propia, cuando niño y joven, lo que significaba ser campesino en el capitalismo más salvaje, por tal razón fue capaz de idear un sistema perfecto que hoy debemos insistir en fortalecer, en contraposición con quienes abogan por la eliminación del financiamiento a pequeños agricultores por considerarlo de alto riesgo financiero.

El mayor riesgo financiero está en no atender dicha demanda: cifras recientes la ubican en un 20 ó 25% del total del financiamiento requerido para toda la producción, representando más del 70% de la fuerza productiva en el campo. Se trata entonces de un número perfectamente manejable para una economía como la nuestra.

El Gobierno Nacional junto a los campesinos de la Patria deben avanzar en el direccionamiento del financiamiento, con estrategias claras como las diseñadas en la Gran Misión Abastecimiento Soberano. Es tiempo de jugárselas una vez más con nuestros pequeños productores y trascender más allá del ancestral conuco, el cual debe ser complementado con tecnologías apropiadas para el incremento de la productividad y producción.

El reto hoy es definir nuevas formas de financiamiento a pequeña escala y diseminadas por todo el país, generar abastecimiento local vinculado a los CLAP y sustituir parte de los carbohidratos y proteínas vegetales y animales que hoy controla la agroindustria.

Las condiciones de organización popular e institucional están dispuestas para esta gran misión. Seguros estamos de la victoria definitiva de los campesinos sobre la burguesía parasitaria que pretende derrocar la revolución.

DesdeLaPlaza.com/Yván Gil Pinto