Saqueo

Saqueo y rapiña

La guerra económica de los empresarios, comerciantes y grupos de poder externos contra el pueblo hace mella y va cumpliendo su objetivo: profundizar la crisis y provocar una pelea intestina entre venezolanos.

Cual reloj, van cronometrados según la agenda de la intervención en nuestro país. Si hay una reunión en la OEA o en el parlamento europeo, van y radicalizan su accionar para que los medios de comunicación privados adornen las condiciones y nos acusen de tener un Estado fallido, tesis por la cual ahora pretenden invocar la carta democrática de la OEA.

Las consecuencias del hambre no tardan mucho en hacerse notar y el desespero de las familias venezolanas al verse impedidas de obtener la comida para alimentarse, terminan en irrupciones violentas a los comercios, lo que comúnmente se llama “saqueo”.

Y no es la primera vez que sucede en este país. La guerra permanente de la burguesía contra el pueblo ha aplicado sus tácticas en varias oportunidades cuando ha visto amenazada sus intereses. Han provocado escasez de alimentos y de otros rubros para presionar una devaluación como pasó en 1983, en ese llamado “viernes negro”. Lo hicieron de nuevo en 1989 para presionar la aplicación de las medidas del FMI y que provocó el estallido social del 27 de febrero de ese año, al cual llamamos “Caracazo”.

La burguesía en diversas oportunidades ha promovido el desabastecimiento y la escasez para lograr objetivos económicos y políticos
La burguesía en diversas oportunidades ha promovido el desabastecimiento y la escasez para lograr objetivos económicos y políticos
El Caracazo fue producto del saqueo de la burguesía contra el pueblo. Hasta el pensamiento nos los suspendieron.
El Caracazo fue producto del saqueo de la burguesía contra el pueblo. Hasta el pensamiento nos los suspendieron.

En esas fechas, el pueblo hambreado por el alto costo de la vida y las medidas impopulares de los gobiernos de Lusinchi y el de Carlos Andrés Pérez salió a las calles a buscar qué comer. Hartos de ver cómo los comerciantes subían los precios semanalmente y escondían la leche, la harina de maíz, el aceite, el café, el azúcar entre otros rubros esenciales, irrumpieron en los comercios, abastos, supermercados para llevarse algo de comida. La repuesta de ese gobierno fue una brutal represión con el saldo de 3 mil muertos (cifras oficiales, se presume que son más), suspensión de todas las garantías constitucionales y un toque de queda que permitió los crímenes de lesa humanidad que aun se están investigando. Es que hasta la libertad de pensar nos suspendieron. Mientras, la burguesía se llenaba los bolsillos del dinero por las indemnizaciones que el gobierno les pagó mientras al pueblo ni agua.

El vicepresidente de la Repœblica Bolivariana de Venezuela, Nicol‡s Maduro durante la inauguraci—n del Conjunto Residencial Estudiantil Livia Gouverneur, en Plaza Venezuela, Caracas. (Foto MIRAFLORES)
La gente salió a las calles por hambre.

Durante la década de los 90’s del siglo pasado la burguesía volvió a presionar para provocar otra devaluación y aplicar medidas contra el pueblo. Lograron cambiar la ley del trabajo y arrebatarle de un plumazo las conquistas laborales a los trabajadores, lograron privatizar las empresas básicas del Estado, vendieron Viasa a los españoles y el único que cobró prestaciones fue el hijo de Teodoro Petkoff, quebraron fraudulentamente bancos y se llevaron el dinero de los ahorristas y los auxilios financieros y empezaron a vender a PDVSA. Eso sí fue un saqueo.

Llegó Hugo Chávez y paró todo eso. Con su liderazgo y determinación cambiamos la Constitución, cambiamos las leyes y devolvimos la tranquilidad a los más débiles. Volvimos a nacionalizar las empresas básicas, los servicios públicos, recuperamos los precios del petróleo, se tomaron medidas para romper el cerco de presión alimentario. La burguesía no se quedó tranquila y nos dieron un golpe de Estado, nos sometieron a un paro infernal de 63 días, pararon nuestra industria petrolera, nos escondieron los alimentos y el gas. Pero les ganamos y no salimos a saquear.

La economía estaba en el suelo, pero nos recuperamos y tuvimos mas de 13 trimestres de crecimiento consecutivo. Nacieron las misiones, se creó Mercal, PDVAL, se compró una cadena de supermercados y nació Abastos Bicentenario, nacieron varios bancos públicos y se compró el Banco de Venezuela para volverla a ser de los venezolanos. Así tendríamos una banca pública, un sistema de distribución de alimentos y nos faltaba producir nuestra propia comida y no depender de las importaciones ni de los empresarios rentistas criollos.

La burguesía no lo iba perdonar. Se las ingeniaron para seguir saqueando, con control cambiaro y todo. Se aliaron con funcionarios que se vendieron y así surgió la mafia raspacupo y la mafia importadora donde se aprobaban, por ejemplo, divisas para traer medicinas y los contenedores estaban llenos de chatarra. Esa mafia logró extraer tanto dinero que hasta les dio para pagarse cualquier aventura golpista que han intentado hasta el momento.

Y luego de la siembra de Hugo, la burguesía ha arreciado su guerra contra la gente, buscando apoyos externos, importando con esos dólares que se robaron, mercenarios para crear el caos y hacer ingobernable este país. Han vuelto a esconder la comida, han extraído, por la via del contrabando y en contubernio de funcionarios corruptos, muchos productos de consumo del venezolano hacia Colombia. Han fomentado – así como lo hicieron hace mas de 20 años con el buhonerismo- el bachaqueo como forma de colocar a precios especulativos sus productos, para hacerlos incomparables al pueblo trabajador. Quieren ver de nuevo los saqueos, para decir que el gobierno no hace nada y que merecemos una intervención gringa con el pretexto de la “ayuda humanitaria”.

El “saqueo” que están promoviendo estos sectores de la derecha es mero vandalismo. Si bien es cierto que hay hambre en la población, también es cierto que hay grupos contratados para agitar a la gente. Un pueblo con hambre no ataca una óptica o una tienda por departamentos, menos una ferretería o una licorería. Cualquier justificación de esa arremetida contra tiendas que no sean de alimentos es caer en simplismos que en vez de ver la cara ruda de esta guerra, le da armas al enemigo para criminalizar a los pobres.

Los “saqueos” de los días recientes son provocados por la misma burguesía para promover la tesis del Estado Forajido.
Los “saqueos” de los días recientes son provocados por la misma burguesía para promover la tesis del Estado Forajido.

La gente no es pendeja. Y los recientes “saqueos” en Cumaná muestra claramente que es una acción coordinada. Pero la población tiene hambre y sabe quienes son los que los está llevando a estos extremos. Por eso el error de cálculo de la derecha hará que los comerciantes abusadores paguen caro su pretensión de hacernos pasar hambre sólo porque no les gusta el gobierno que si esta defendiendo a los pobres.

¿Saquear una tienda de electrodomésticos, ferretería o licorería es por hambre?
¿Saquear una tienda de electrodomésticos, ferretería o licorería es por hambre?

Y si el pueblo sale a saquear una panadería, es una acción desesperada y racional. No se justifica que el gobierno importe miles de toneladas de trigo panadero para proteger al pueblo de los precios del pan y los panaderos se nieguen a producir pan y venderlo a precio regulado, pero eso si: tienen todo tipo de dulces, cachitos, pastelitos, panes dulces, panes de maíz, papa, árabe, ruso, etc, etc, a precios incomprables. Es un insulto a la clase trabajadora.

 Los dueños de panaderías abusan con los precios del pan regulado y reciben los insumos a dólar preferencial. La gente está harta de esos abusos.
Los dueños de panaderías abusan con los precios del pan regulado y reciben los insumos a dólar preferencial. La gente está harta de esos abusos.

Así como si el pueblo sale a saquear un supermercado, no se extrañen los propietarios, pues esta mas que comprobado que ellos esconden la comida para vendérsela a los bachaqueros. Igual si de repente es saqueada una carnicería: también se ha comprobado que compran carne con dólares preferenciales y en vez de vender la carne al precio regulado, la terminan vendiendo a 5 mil x kilo. Y si la burguesía lograse su propósito de activar un estallido social, no salgan a llorar y a pedir indemnizaciones al Estado, porque si este noble pueblo sucumbe a la provocación y sale a las calles, arrasará con todo comercio, mercado, centro comercial y no habrá Fuerza Armada Nacional Bolivariana que reprima al pueblo y mucho menos protegerá la propiedad de quienes hambrean y nos pretenden llevar al caos.

Los que provocan esta situación van a pretender que el Estado reprima a la gente y van a querer ser indemnizados. Olvídense de eso: la protección es para el pueblo, no para los hambreadores.
Los que provocan esta situación van a pretender que el Estado reprima a la gente y van a querer ser indemnizados. Olvídense de eso: la protección es para el pueblo, no para los hambreadores.

Que nadie se equivoque.

DesdeLaPlaza/ Noel Briceño Rios.