Perro regañado: ¿Culpa, sumisión o miedo?

Si eres de esas personas que tienen perros, entonces esta nota te interesara.

Seguramente habrás notado que cuando regañas a tu perro, este inclina la cabeza, encorva la espalda, baja las orejas y mete la cola entre sus patas, creyendo que pareciera estar arrepentido por lo que hizo mal y estar pidiendo disculpas.

¡Pues bien! Esto no es más que el animal de acuerdo a un grupo de psicólogos de conducta animal, es más un acto de sumisión que uno de culpabilidad.

Un estudio realizado por el biólogo Nathan H. Lens y publicado en la revista Psycology Today descubrió el, así denominado, “arco de la disculpa”. Se trata de algo muy parecido a lo que hacen nuestros perros domésticos y es aprendido por los lobos cachorros en las primeras fases de su integración con la manada.

Un grupo rechaza temporalmente a un cachorro cuando este hiere o muerde demasiado fuerte a un compañero de juegos. Tratando de recuperar su confianza, el lobezno aprende a cercarse a la manada con un “arco de la disculpa”.

“Los perros han heredado este comportamiento y lo usarán después de hacer cualquier tipo de “delito” que se traduce en ser castigado”, escribió Lents. y continúa, “Como animales sociales, ellos ansían la integración armoniosa en el grupo y, el abandono o aislamiento, es muy doloroso para ellos.”

Nuestros perros actúan de esta manera como respuesta a nuestro tono, lenguaje corporal y energía; pero no importa si han desobedecido o no, entienden que están siendo regañados pero no que merecen el castigo por haber desobedecido.

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Otra explicación a este fenómeno es la dada por la reconocida científica en conducta animal, Dr. Alexandra Horowitz. Los humanos tendemos a ver reflejadas nuestras propias emociones en el lenguaje corporal de los animales; pero lo que realmente siente un perro cuando hace la cara de culpabilidad no es arrepentimiento, sino un sentimiento mucho menos complejo: miedo.

 “Veo un perro haciendo la cara de culpabilidad y para mí se siente como miedo. ¡Lo es!” Dijo Horowitz en una entrevista para Business Insider.

El perro teme a tus gestos, a cómo reacciona; no necesariamente se arrepiente de nada. Podría no haber hecho nada pero si lo regañas como si lo hubiera hecho seguramente hará la misma cara.

Entonces ya lo ya lo sabes, cuando regañes a tu perro, debes ser consciente que lo que estas  infundiendo es  temor.

DesdeLaPlaza.com/Porquenosemeocurrió /Rubén Scorche