Nintendo, una compañía lenta y homofóbica

Fotograma del nuevo juego de Nintendo Tomodochi Life

El próximo 6 de junio, y tras colocar más de 5 millones de copias del juego original y de su revisión para 3DS en Japón, Nintendo lanzará finalmente en occidente ‘Tomodachi’, una nueva propuesta de simulación social que en el pasado ya hemos visto triunfar en juegos como ‘Los Sims’ o ‘Animal Crossing’. Bajo el nombre de ‘Tomodachi Life’, el título llegará con un lustro de retraso respecto al original y casi doce meses después de su revisión, para ponernos a los mandos de los simpáticos Miis que nos caracterizan en las consolas de la compañía nipona, y albergar con ellos una segunda vida cuyos contenidos y experiencias se actualizarán con frecuencia.

Lejos de haber levantado polémica por ser ejemplo de la demora con la que una vez más llegan ciertos productos a los usuarios PAL, o por lo curioso de ofrecernos una propuesta que se autodenomina social, pretendiendo simular una segunda vida, ‘Tomodachi’ es un foco que atrae todas las miradas estos días por cómo permitía en Japón casar a Miis de un mismo sexo, y más que por eso, por cómo Nintendo eliminó dicha opción explicando que se trataba de un bug del juego. De un bug  considerado grave, para más inri.

“Las relaciones del mismo sexo no eran posibles en el software original”, señalaba un representante del estudio progenitor. “Un fallo permitía diseñar y vestir a un Mii femenino como si se tratara de un hombre, haciendo que el matrimonio virtual se pareciera  a uno gay. Este fallo formaba parte de un bug grave”.

A pesar de que en pleno 2014 que se siga estigmatizando a las personas por su orientación sexual, suena ya a gran parte de la población como un tema preocupante, sigue siendo curiosa la inmadurez que presentan industrias como la del videojuego, en las que la homosexualidad continúa siendo un tabú que es solapado con el cliché de machos  hormonados y mujeres de grandes pechos. Una industria en la que se ve como normal que Nintendo no permita bodas entre dos personajes de un mismo sexo en sus juegos, no vaya a ser que los niños se vuelvan gays.

Desde la plaza/Digitall-er/ AMH