Fotoreportaje: Reverón, Rengifo y los inadmisibles

Universalizar la subjetividad de la obra de un artista, más allá de los elementos formales que la compone y de las intensidades que la materializa, pasa por la necesidad de contextualizarla históricamente.

Quizás por eso lo universal se hace necesario para que a fin de cuenta la historia no desaparezca.

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 Con golpe de tambor, banderas de colores y sangueo a San Juan.

–        El teatro y la pintura al panteón van de la mano, con dos grandes Venezolanos –

Así fue el coro que anunciaba la llegada de los restos de Armando Reverón y César Rengifo al Panteón Nacional.

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Fuera del recinto pudimos ver y oír al maestro Juan Calzadilla con la sintaxis del esteta y la autoridad conferida por el arte nuestro de cada día, presente y pasado de todas las vanguardias, combinando la belleza y la estética revolucionaria en su discurso de orden:

“… no perdonan el hecho de que sea una clase de extracción y vocación popular, la que tiene ahora en sus manos el poder de consagración simbólico para hacer justicia abriendo las puertas el templo a quienes hasta ahora fueron inadmisibles”.

Rafael Salazar, hijo espiritual de César Rengifo, fue el otro orador que abrazó la figura de su maestro recordando la importancia de su obra.

Paradójicamente el acceso al público se mantuvo restringido durante el acto protocolar.

Afuera, el pueblo creador que se llegó se mantuvo presente y trajo consigo sus expresiones de afecto y respeto a través de sus  manifestaciones artísticas y populares.

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Miguel David Martínez conocido como «El Poeta», se vino de Ciudad Guayana, estado Bolívar para rendirle honores a Reverón e interpretarlo en su performance.

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Luís Sanoja, autor de tres retratos de Chávez en una sola obra, según sus propias palabras se trata de cinetismo figurativo.

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Felix Rodríguez, el pintor de Santa Capilla expone en sus manos el retrato del declamador y compositor Víctor Morillo “El tricolor de Venezuela” .

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 “Aquí tengo el principio de la pintura, puse cinco colores, los tres primarios y dos neutros y ellos solos se separaron”,  Oswaldo García, pintor de la calle.