El hombre con la navaja de afeitar

“Érase una vez”, muestra en la pantalla de la sala el primer rótulo del filme, luego un hombre aparece en un balcón afilando una navaja de afeitar y mirando hacia el cielo nocturno. En compañía de una mujer joven, observa cómo una nube corre sobre la luna llena mientras que con el acero de su navaja de barbero corta el ojo izquierdo de su acompañante.

El hombre de la navaja es Luis Buñuel, quien da inicio a los 16 minutos de su película Un perro andaluz (1929), escrita junto con Salvador Dalí, pieza cinematográfica que manifiesta desde el surrealismo la oposición al orden social burgués y sus instituciones, además que abre una nueva etapa en este movimiento artístico al incluir el cine como nuevo medio expresivo.

Luis Buñuel, nació en Calanda, España el 22 de febrero de 1900 y falleció en México el 29 de junio de 1983, luego de una prolífica carrera cinematográfica con obras como La edad de oro (1930), Los olvidados (1950), Viridiana (1961) y el Discreto encanto de la burguesía (1972).

Junto a Dalí, que aparece como un seminarista durante una de las secuencias del corto y con quien además romperá su amistad por razones políticas, hizo en seis días el guión, basándose en la aplicación del automatismo subconsciente postulado por el psicoanálisis de Sigmund Freud, base de esta corriente artística, con el que se inspiraron en sueños recurrentes y su imaginación.

La imagen del ojo seccionado por una navaja que prologa el filme fue censurada en buena parte de sus exhibiciones, imagen que advierte el antivanguardismo y rompimiento con la estética cinematográfica del momento, junto a las siguientes secuencias, que según diversos análisis son un revulsivo para criticar la moral católica, la cultura occidental, la represión sexual y el complejo de Edipo.

El psiquiatra suizo Carl Gustav Jung llegó a afirmar que el filme era una muestra patológica de esquizofrenia, aunque el mismo Buñuel sostuvo que ambos autores escribieron el guión de forma irracional “siguiendo una regla muy simple: no aceptar idea ni imagen que pudiera dar lugar a una explicación racional, psicológica o cultural”.

Iba a llamarse originalmente El marista de ballesta, fue hecha en blanco y negro con 16 fotogramas por segundo y consta de tres actos: el prólogo, la historia de la pareja protagónica y el epílogo; fue cine mudo en su realización original, ―cuya producción costó 25.000 pesetas― hasta que en 1960 Buñuel la musicalizara con la ópera Tristán e Isolda de Wagner y un tango.

Secuencias de paradójicas imágenes superpuestas como la disolvencia de una mano llena de hormigas, los vellos axilares de una mujer y un erizo, la lasciva secuencia del hombre babeándose al tocar unos senos desnudos que se convierten en nalgas y hasta la imagen de la mariposa de la muerte (la misma de El Silencio de los inocentes), estremecen al espectador en un juego de espejos que refleja al propio subconsciente.

Buñuel quiso ser ingeniero agrónomo e ingresó a la Residencia de Estudiantes, en Madrid (1917), estudió Filosofía y letras, se interesó por el ultraísmo, dadaísmo y en su paso por la París de entreguerras cultivó su carrera de cineasta, que lo hará ingresar al círculo surrealista luego de estrenar Un perro andaluz y La Edad de oro, la cual generó reacciones fascistas, censura y su distanciamiento con Dalí.

Dicha ruptura se reforzará con su lealtad a la Segunda República Española mientras que su ex compañero y pintor respaldará al franquismo. La publicación del libro La vida secreta de Salvador Dalí (1942), en la que señala a Buñuel de comunista y ateo, origina el cierre de su etapa de trabajo en Estados Unidos al finalizar la guerra civil, para luego trasladarse a México e incorporarse a la industria del cine de ese país.

Recientemente fueron develados documentos del Archivo de Salamanca que evidencian el trabajo de Luis Buñuel en la unidad de propaganda de la República Española durante la guerra civil y su afiliación a la organización sindical Unión General de Trabajadores, específicamente en la Federación Española de la Industria de Espectáculos Públicos.

Su misión era conseguir una copia del documental The Spanish Earth (1937), en el que participaron Ernest Hemingway, John Dos Passos y Orson Welles, para que fuera proyectado en la expo mundial de París de ese año, como un filme en contra del alzamiento de los franquistas cuya dictadura se prolongó hasta la muerte del caudillo Francisco Franco en 1975.

Con este hallazgo de documentos de guerra anunciado a finales de julio en España, Buñuel, quien también fue incorporado en la lista negra de EEUU por antifascista, forma parte del grupo de creadores que en su rol de corresponsales extranjeros respaldaron a la República Española, como Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, el fundador de la Agencia Mágnum de fotografía, David Szymin y el fotógrafo Robert Capa.

DesdeLaPlaza.com/Pedro Ibáñez