X

Julio Borges y el discurso fascista (y II)

Julio Borges hizo un llamado al golpe de Estado en su discurso del pasado 5 de enero, que además confirma que Primero Justicia jamás ha sido un partido de ‘centro-izquierda’, ni ‘socialdemócrata’, sino un partido de ultraderecha, enemigo de la democracia, y defensor de intereses contrarios al pensamiento bolivariano, que el pueblo eligió en la Constitución de 1999

En la entrega anterior demostramos lo inviables de las propuestas (confesables, hechas proyecto de Ley) de la bancada de Primero Justicia, que ahora pretende a Julio Borges en la presidencia de la Asamblea Nacional.

Ahora vamos con lo verdaderamente grave del discurso que dio en su investidura (por ahora nula, hasta que el parlamento salga del desacato): Un “llamado” a la Fuerza Armada de Simón Bolívar, hecha doctrina bajo la Comandancia en Jefe de Hugo Chávez, que no puede ser calificado de otro modo que un llamado al Golpe de Estado.

Lo nuevo, en principio, no sería otro llamado de Borges al golpe (ya lo hizo en 2002, a través del canal que puso todos sus recursos, no solo para esa rebelión de la burguesía contra la decisión democrática de las y los venezolanos, sino para todas las ocurridas hasta que se venció su concesión en 2007 y su salida del aire en 2010, de la cual hablamos ampliamente en: ‘Concesiones de TV, 9 años de la revisión’ – y en: RCTV Internacional: Cuando Marcel Granier ‘ponchó’ a sus trabajadoras y trabajadores), lo nuevo sería la restauración que pretende la oposición de la historia de aquella Venezuela del pasado, contada por los ‘amos del valle’ que están dejando de serlo. La historia de la Venezuela acomplejada, conformista, fracasada, y atrasada: La historia del triunfo de los que traicionaron a Simón Bolívar y a la Independencia.

Aquí la comunicación (que es la materia de nuestras Crónicas Hertzianas) se hace presente, en este discurso de Julio Borges:

  1. Los gobiernos nacidos de la traición a Bolívar después de la independencia, no eran civiles, como dijo Borges, eran militares, José Antonio Páez en Venezuela, y Francisco de Paula Santander en Nueva Granada (hoy Colombia)

¿Por qué el diputado fascista habla de ‘gobiernos civiles’? Porque se refiere a quienes gobernaban en realidad, detrás de la figura militar de José Antonio Páez: Los únicos autorizados para votar en esa época, propietarios, con riquezas, hombres, mayores de 21 años. Los que quitaron sus derechos a la mayoría de las y los venezolanos, muchos de ellos, esclavizados de nuevo, tras abolir los decretos de abolición de la esclavitud de Simón Bolívar, y luego, tras la falsa abolición de José Gregorio Monagas, esclavizados de otro modo, con las pulperías de las haciendas, donde se practicaba el capitalismo más salvaje, que ya no solo robaba al campesino ‘libre’, sino lo endeudaba aprovechando su analfabetismo. Así actuaban sus patronos, antes ‘amos’.

  1. Juan Crisóstomo Falcón (presidente de Venezuela entre 1863 y 1868) fue un traidor a la causa que originó la guerra federal, devolviendo a los latifundistas (“propietarios”, diría Julio Borges) tierras que la federación les había devuelto a los soldados leales a Bolívar, en pago por su servicio a la independencia, y a los que se fueron liberando del yugo del patrono, antiguo amo.
  1. Borges también alabó al General Eleazar López Contreras, presidente de Venezuela entre 1935 y 1941, y alto funcionario de la dictadura anti-nacional de Juan Vicente Gómez, por ser un militar, no un civil, que ‘se quitó el uniforme, redujo el período a 4 años, y abrió la puerta a las libertades’.

¿Y por qué no alabar, en cambio, al presidente Isaías Medina Angarita?

El presidente Isaías Medina Angarita también se quitó el uniforme, también hubiera gobernado cuatro años (si Acción Democrática, partido de Henry Ramos Allup, y una casta militar ambiciosa, liderada por Marcos Pérez Jiménez, no le hubieran dado un golpe de Estado), y además puso a consideración del pueblo, en la que hubiera sido la primera elección universal, directa y secreta, como la que conocemos hoy, a un candidato civil, nada menos que el Doctor Arturo Uslar Pietri (puedes conocer sobre él en nuestra columna: “Arturo Uslar Pietri, 1985: Fuera de VTV”)

Si ambos presidentes fueron iguales, desde el punto de vista formal ¿Por qué  Borges apoya a López Contreras? Porque López Contreras:

  • Se mantuvo alineado con la causa que Borges defiende, que no tiene nada que ver con el sueño de Bolívar: El saqueo estadounidense de las trasacionales que, no sólo robaban de la forma impune nuestros hidrocarburos, gracias a un régimen tan analfabeto como el del dictador Juan Vicente Gómez, sino que explotaban a nivel de esclavitud (consentida por esos gobiernos anti-nacionales) a nuestros obreros venezolanos, que en 1936 se alzaron  en una huelga petrolera sin precedentes, y que Eleazar López Contreras, servil a los extranjeros, reprimió salvajemente, dejando en el cementerio de Mene Grande la prueba en sangre de un traidor que defendía los intereses extranjeros contra los propios.
  • López Contreras se valió de la infame «ley de orden público», o «Ley Lara», para prohibir el comunismo y las actividades comunistas en Venezuela (por eso Julio Borges, ultraderechista, aprecia al sucesor de Juan Vicente Gómez)

Preguntamos de nuevo: Si ambos presidentes fueron iguales, desde el punto de vista formal ¿Por qué no apoyar a Isaías Medina Angarita?

Porque el General Medina era partidario de la producción nacional, modelo que quienes lo derrocaron no solo tiraron por la borda, sino que además nos condenaron a vivir de la renta petrolera, por órdenes de los poderes mundiales que querían que Venezuela fuera solo una bomba de gasolina. El General Isaías Medina Angarita proponía: «Aumento de producción nacional, ese tiene que ser el propósito permanente de toda política económica bien encaminada, necesitamos aprovechar la riqueza transitoria que la explotación petrolera nos depara, dejar de ser un país que vive principalmente del cambio de divisas petroleras por artículos importados e incrementar por todos los medios una producción nacional vigorosa diversificada y cimentada sobre bases económicamente sanas»

Isaías Medina Angarita logró los precios justos para el petróleo (en medio de una difícil coyuntura enmarcada dentro de la Segunda Guerra Mundial, donde nuestro petróleo ayudó a los aliados a derrotar al nazismo y al fascismo), precios que significaron altísimos ingresos para el Estado venezolano y que, tras el derrocamiento de este presidente, fue  usado por Acción Democrática y la ambición militar venezolana para derrocharlo en empresarios que deberían haber utilizado su capital para industrializar Venezuela, cosa que no hicieron ni con su dinero, ni con el dinero del petróleo que hoy no quieren perder, aunque no sea suyo, sino de todas y todos los venezolanos.

El mayor mérito del general Isaías Medina Angarita fue en lo político: No sólo legalizó al Partido Comunista de Venezuela (criminalizado por Eleazar López Contreras, en alianza con Estados Unidos, que buscaba en nuestra América Latina su zona de influencia, anticipando la guerra fría), sino que también legalizó a todos los partidos que estaban en situación de ilegalidad (incluyendo a Acción Democrática, que después conspiraría para derrocarlo). Y además, Isaías Medina Angarita garantizó la plena libertad de expresión y de prensa que las y los venezolanos jamás habían vivido.

Queda confirmado entonces que la oposición venezolana es anti-bolivariana, y traidora a la Patria, lo cual la inhabilita, desde el punto de vista histórico, para hacer cualquier llamado a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el ejército de Bolívar, pero vamos más allá: Julio Borges hizo un llamado abierto al golpe de Estado al decir que nuestra Fuerza Armada, que tiene obligación de lealtad a la Constitución y las autoridades legítimas del país, comenzando por su Comandante en Jefe, el presidente Nicolás Maduro, cito: ‘debe obligar a Maduro a convocar elecciones’.

Esto se responde mucho más rápido:

  • Las próximas elecciones son las de gobernadores y poder legislativo regional, fijadas por el CNE para mediados de este 2017, y las municipales para finales de este mismo año.
  • No hay ninguna elección presidencial, o parlamentaria, en puertas, tampoco se dio, por la propia incompetencia en la recolección del 1% de voluntades para delegar en la MUD la recolección del 20% constitucional de las firmas, el referendo revocatorio.
  • Todos esos eventos están contemplados por el Estado venezolano, por sus instituciones, de acuerdo a la Constitución y las leyes ¿Qué elección tiene que estar convocando, o permitiendo, el presidente de la República, que además no tiene ninguna atribución al respecto, porque eso depende del Poder Electoral, del CNE?
  • La única forma en que un militar (salvo votar) podría inmiscuirse en la vida política de Venezuela, sería fuera de las atribuciones que les da la ley, en palabras más simples, la única forma en que un militar activo que, fuera de las responsabilidades que le asigne su Comandante en Jefe, o su derecho al voto, se inmiscuya en la vida política, es a través de un golpe de Estado.

Para terminar, y aquí está la gravedad de este asunto, Julio Borges incurre por segunda vez en reincidencia. No solo participó activamente en el golpe de estado del 11 de abril de 2002 contra el presidente Chávez, sino que reincidió el 12 de febrero de 2014, participando en el ‘golpe azul’ que pretendía, como el 11 de abril, terminar la toma de la Fiscalía General de la República que realizaron grupos de menores de 30 años con entrenamiento paramilitar, del partido neonazi Voluntad Popular, con un pronunciamiento de coroneles de la aviación (que hoy pagan sentencia por esto) se pronunciaran contra el presidente Maduro.

El discurso fascista, ambiguamente violento, ambiguamente violador de la Constitución y leyes de los países donde se gesta, ha quedado, una vez más, al descubierto.

Related Post