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Quitar drama: Aprender de la política

Lamentablemente, nuestra televisión, principal medio de difusión del país, no presenta la política como un trabajo, sino como un espectáculo, donde algunos politiqueros actúan como ‘líderes sacrificados’ durante sus ‘jornadas de trabajo’, y como rumberos felices (con los bolsillos llenos) después que el ‘show’ termina, y toman vacaciones. Numerosas son las distorsiones producto, no de la difusión del ejercicio de la política, sino del ‘marketing político’

Programas como ‘la política en el diván’ (Jorge Rodríguez, VTV) han dado su aporte en revelar que un sector de la política en el país no es un pueblo empobrecido y hambriento, luchando en modo épico contra quienes los han sometido a esa situación, sino simples actores que, mientras dan discursos, hacen movilizaciones, y los más insólitos actos, buscando votos (e incluso violencia) para lograr sus fines políticos, transcurren su vida con tanta normalidad (incluso más tranquilidad) que la de cualquier ciudadano venezolano.

Más claro: Cuando uno ve los viajes al exterior que hicieron los diputados Hernán Alemán (Acción Democrática, quien viajó a Santo Domingo el 09 de diciembre de 2016), Timoteo Zambrano (Un Nuevo Tiempo, a Oranjestad desde el 19 de diciembre de 2016), Antonio Barreto Sira (Acción Democrática, a Miami desde el 16 de diciembre de 2016), Luis Padilla (Acción Democrática, a Miami desde el 10 de diciembre de 2016), Tomas Guanipa (Primero Justicia, a Santo Domingo desde el 19 de diciembre 2016), Freddy Guevara (del partido neonazi Voluntad Popular, a Houston desde el 22 de diciembre 2016), Miguel Pizarro (Primero Justicia, a Panamá desde el 22 de diciembre de 2016), Luis Aquiles Moreno Cirimele (Acción Democrática, a Panamá desde el 17 de diciembre de 2016), Luis Emilio Rondón Hernández (Un Nuevo Tiempo, a Miami desde el 18 de diciembre de 2016), entre otros, sin contar otros políticos de la llamada ‘MUD’ como Carlos Ocariz, Claudio Fermín, etcétera, cabe esta pregunta:

¿Tiene sentido que los políticos de la MUD, por ejemplo, estén hablando de ‘un país en crisis humanitaria’, haciendo discursos encendidos sobre la ‘bomba de tiempo, a punto de estallar’, encadenándose, lanzando grupos pagados por ellos para agredir policías y transeúntes en sus ‘protestas’, rapándose el cabello y hasta mostrando una franela de la selección de fútbol de España para ‘defender a Venezuela’, para que luego, llegada la Navidad de 2016 (que supuestamente ‘no existió’) agarren sus maletas y salgan del país que dicen ‘querer mucho’ (Venezuela) para tomar vacaciones, como si, según el discurso opositor, este país estuviera para vacaciones, ni para días feriados, ni para ningún tipo de ‘normalidad’?

Y esta pregunta nos lleva a otra, y es aquí donde la TV debe abrir un nuevo nivel del análisis político: ¿Si ellos no se toman en serio sus amenazas, ataques, ni siquiera su discurso de ‘crisis humanitaria’, por qué las y los ciudadanos deben interrumpir sus vidas, marchar, incluso defender, a quienes ni siquiera pueden sostener el discurso que le imponen a sus votantes?

¡Cuidado, que no se confunda la pregunta anterior! Nadie está negando que la llamada ‘MUD’ pueda ejercer acciones violentas a las que debemos tomar atención, sobretodo porque enfrentar esas acciones significan, en muchos casos, nuestro deber y derecho de defender nuestro país, Venezuela, y nuestra seguridad personal (las guarimbas de 2014 dejaron 43 fallecidos, más de 800 heridos, y millones de dólares en pérdidas, suficiente como para tomar en serio las amenazas). Pero si es cierto que debemos ser selectivos, y medir debidamente la magnitud de lo que la política nos pone enfrente, algunas de estas técnicas las explicamos en nuestra columna: “Provocadores político – mediáticos: ¿Cómo enfrentarlos?“.

La TV debe hacer un esfuerzo por recuperar el tiempo perdido, y enseñar que la política está fuera del drama que busca crear el ‘mercadeo político’, para convencer a quienes no caemos en las trampas de seguir a gente sin proyectos políticos claros. La derecha sí tiene proyecto de país, pero si te dicen cuál es, tú jamás votarías por ellos, a nadie le gustaría que le quitaran los derechos a la vivienda, a la salud o la educación, como pasaba con 70% de la población antes de la Revolución Bolivariana (los mayorcitos y mayorcitas lo recuerdan, cuando te tenías que meter en el ‘rollo’ de un apartamento, como si ponerse un techo encima debería ser un rollo… ¡el lujo debe ser un rollo!) que te quitaran la libertad de tránsito para reclutarte a la fuerza, con unas antiguas ‘fuerzas armadas nacionales’ que reprimían, no construían. Y ni hablar del principal proyecto: vender nuestra Venezuela, el país de todas y todos nosotros, a un sistema imperialista que está pereciendo, para beneficio de ellos (si tienes dudas de todo lo anterior, busca las ‘leyes’, por fortuna inconstitucionales, gracias a nuestro voto en 1999, que aprobaron este año)

Mientras en diciembre salían grabaciones de sus desaforadas intervenciones en las pantallas, los políticos de la MUD estaban de vacaciones en el exterior, dejando aquí, “a su suerte”, a todas y todos los que creen en ellos.

Para ellos, la política es “quince y último”, con vacaciones, gozando (por ahora) del privilegio del chantaje, como lo tiene Manuel Rosales, quien puede gozar de perdón, a pesar de haber cometido delitos, por ser una de las exigencias de la MUD en la mesa de diálogo (no es la liberación de un ‘preso político’, es un acuerdo de liberar a un delincuente que no cometió delitos de lesa humanidad, a diferencia del líder neonazi, Leopoldo López)

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