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Kilo de cebollas 1 – Constituyente 0

Si hay un problema que preocupe ahora más a los venezolanos -probablemente más que la inseguridad-, es el tema económico. En una de mis columnas anteriores abordé un poco cómo nos sentíamos los jóvenes, basado en mi experiencia personal, ante toda la situación, comenzando por la inflación no controlada y por las dificultades que se nos presentan para conseguir una estabilidad social en Venezuela en estos momentos tan complejos en diferentes aspectos.

El reto de los seis meses

En las pasadas elecciones legislativas del año 2015 la oposición venezolana logró la mayoría. Henry Ramos Allup, para ese entonces presidente parlamentario, aseguró que en seis meses sacarían del poder al mandatario Nicolás Maduro. Estas declaraciones generaron un “toma y dame” y desde el mismo Gobierno nacional comenzaron a valerse de que la AN no había logrado nada en ese periodo de medio año.

El mismo Maduro dijo durante una locución que Ramos Allup destruyó en esos seis meses al Parlamento, “récord mundial, tremenda inteligencia tiene usted, siga así”, dijo.

Probablemente se preguntarán porqué hago esta relación entre la realidad económica que vive el país y los seis meses que crearon más disyuntiva entre los poderes. El pasado 31 de julio se realizaron las elecciones para escoger a los 545 representantes que serían la voz del pueblo y sus diferentes sectores ante la Asamblea Nacional Constituyente.

Uno de los compromisos que se asumieron en la campaña, desde el aparato Ejecutivo hasta los mismos candidatos, fue atacar la crisis económica venezolana. La presidenta constituyentista dijo en algún momento que no se iba a regalar el salario a las fuerzas imperiales. No sé qué pensar ahora en relación a esas declaraciones cuando vas al mercado y te fijas que un kilo de cebollas, por lo más barato, lo consigues en 50 mil bolívares. No sé exactamente si resultó efectivo el escudo de la guerra económica y el bloqueo económico impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, que realmente comenzó a inicios de este año y no desde el 2014, cuando los precios de todos los productos, alimentos e insumos comenzaron a dispararse y el dólar en el mercado negro agarró un impulso hasta el presente.

Uno de los motivos es que muchos de los practicantes del «chavismo» no viven la realidad de los ciudadanos de a pie y, quizá por eso, no saben la delicada situación de cada uno de los venezolanos que a diario hacen su mayor esfuerzo por colocar un plato en su mesa. Sea por los motivos que sea, ninguno debería vivir en la angustia del “¿qué voy a comer hoy?”, y menos en el país petrolero más rico del mundo.

Realidad y traición

Recuerdo que el constituyentista Pedro Carreño fue uno de los que primero saltó en contra del para ese entonces segundo vicepresidente, Isaías Rodríguez, por haber asumido que si el organismo plenipotenciario no le daba respuestas inmediatas en materia económica al pueblo, podría jugar en su contra.

“Empezar a endilgarle todo esto a la constituyente, sabiendo que desde el imperio se arremete con saña, es para que digan que la constituyente es un fracaso. Esto se lo digo a ustedes, al pueblo y hasta al segundo vicepresidente Isaías Rodríguez, que lo he escuchado con esto, mosca con eso. Si lo hacen de manera deliberada, es traición a la patria, y si lo hacen creyendo y de buena fe, entonces son unos tontos útiles”. Esta es la cita exacta de las declaraciones de Carreño durante una entrevista ofrecida al canal estatal Venezolana de Televisión. Y no, manifestar o reconocer las carencias del pueblo no puede ser considerado como “traición a la patria”.

La respuesta a si ha logrado o no la Asamblea Nacional Constituyente establecer la economía desde que fue instalada, puede generar choque de respuestas en muchos, pero por lo menos yo, que también voy al mercado, me doy cuenta de que no se está cumpliendo tampoco con los “precios acordados”, y considero que con una inflación de repunte y con un dólar negro que juega en contra, se pueda fijar algún tipo de precio que resulte estable, porque si bien es cierto que muchos comerciantes y productores juegan con las necesidades del pueblo, también es cierto que ninguno va a trabajar a pérdida.

Y esto no lo digo como economista, porque no lo soy, lo digo como ciudadano que a diario también enfrenta, como muchos, esta situación agobiante de tener que “resolver” y de comprar apresurado porque lo que hoy vemos caro, en realidad está “barato” porque mañana su precio será mayor.

Precisamente, la Constituyente cumplirá el próximo 30 de diciembre seis meses haber sido escogida y el próximo 4 de enero, seis meses de su instalación; y hay que ver esto con preocupación porque en cuestión de días, el precio de esta especia puede alcanzar el salario mínimo mensual. Es por ello que digo: un kilo de cebollas 1 – Constituyente 0.

@Luisdejesus_

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