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Netflix Documental, Chavela Vargas en primera persona

El documental se sirve de forma equilibrada de su propio testimonio y de los relatos de las personas cercanas a su entorno.

 

«Chavela añadía una amargura irónica que se sobreponía a la hipocresía del mundo que le había tocado vivir y al que le cantó siempre desafiante», escribió en 2012 el director de cine Pedro Almodóvar en una carta de despedida pública para Chavela Vargas. Ese año fallecía la intérprete mexicana nacida en Costa Rica luego de haber librado mil batallas con su entorno y consigo misma.

Su existencia, que podríamos calificar de emocionante y asombrosa, se relata en el documental de Catherine Gund y Daresha Kyi: Chavela (2017).

Este audiovisual nos regala un retrato polifacético sobre una mujer única. Chavela Vargas, la intérprete desgarradora, la mujer con problemas de alcoholismo, la amante misteriosa, la dama de frases poéticas y reflexiones filosóficas, la mujer solitaria y en ocasiones agresiva, la soñadora y la niña triste que vivió un pequeño infierno familiar en Costa Rica se nos revelan en este largometraje de una forma tan próxima que no importa lo mucho o lo poco que estés relacionado con quién fue.

Las diversas facetas que descubren las realizadoras sobre Chavela, ícono de la canción ranchera y de la libertad, nos permiten acercarnos a su fascinante historia de vida. No es importante si eres un gran admirador o si nunca antes la habías escuchado mencionar, este audiovisual permite visitar la existencia de un ser humano cuyo paso por el mundo generó tal luminosidad que todavía se mantiene encendida.

El documental te lleva a transitar el camino de la vida de Chavela Vargas para gozar y deleitarte con cada etapa de su existencia. El espectador puede vislumbrar su personalidad llena de matices y complejidades, pero sobre todo su valor, su valentía para reconocerse a sí misma.

En Chavela se describe el modo en que para la intérprete de La llorona fue muy cierto eso que cantaba el  mexicano José José: «he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida». La vida de Chavela fue desmesurada y apasionada, en esto se hace énfasis, sin pasar por alto su coraje personal, ese que le impidió hundirse y permitió que volviera al ruedo en múltiples ocasiones.

En Chavela  el relato de su vida y carrera artística se unifican. Ambos aspectos permiten entender de algún modo la emoción con la que convivía y mediante la cuál pudo interpretar de forma especial las composiciones de los grandes autores de la música popular latinoamericana, tal y como lo hizo con José Alfredo Jiménez, con quién tuvo una amistad cercana.

El documental se sirve de forma equilibrada de su propio testimonio (es inspirador escucharla hablar) y de los relatos de las personas cercanas a su entorno.

En el audiovisual Chavela Vargas habla fuerte y claro desde el comienzo fijando posición sobre  temas capitales en su existencia: la soledad, la libertad, sus amores y tendencia sexual, la música, el poder de la interpretación y la magia que posee el arte en el día a día.

Una historia sobre los vínculos

Siendo una mujer independiente y solitaria podría ser contradictorio que el documental sea en gran medida una historia sobre sus vínculos (amistosos, musicales, familiares, amorosos) y como éstos influyeron en la conformación de su personalidad. Sin embargo, sus relaciones fueron muy importantes tanto para su arte como para su vida.

La falta de amor que sufrió en su  infancia se mantuvo presente a lo largo de su  existencia y quizás tuvo mucho que ver con esa emoción que dejaba en sus interpretaciones.

«Cuando eres verdad al final te impones y sales adelante siempre», dice Chavela Vargas en un momento del largometraje. Quizás esta frase podría resumir la esencia de este documental que es en gran medida una historia sobre el difícil arte (en el que fue experta) de salir adelante sin traicionarse a uno mismo.

@luisauguetol

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