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¡Ni pa’ las cholas!

Como algunas personas que en estos últimos días, y aún más en vísperas decembrinas, me dispuse a visitar algunas zapaterías para obtener la mejor decisión en lo que equivale a calidad y precio. Lo que debió ser una visita para planificar una compra, se convirtió en cuestiones de minutos en una visita para descartar tal objetivo.

No podría entender, como un calzado de fabricación nacional como lo es la marca ‘Volpe’, que hace menos de un mes, su precio alcanzaba una cifra de tres ceros (.000), ahora este en un poco más de 6 ceros (.000.000). Con tal asombro giraba mi cabeza de un lado a otro, buscando otro incauto como yo, que tuviera el mismo objetivo de hacerse como decían los pavos de antaño, con unos ‘pisos’. Pero sin sentir asombro, ni sorpresa, me di cuenta que  un desierto tenía mayor población que ese local de calzado. ¡Con razón!

De allí pa’lante, el resto de los comercios con la misma razón social, hacían el coro como si de una orquesta se tratara. Hasta las cholas lloraban, porque su precio pesaba más que el material con la que estaban hechas.

Caras largas iban y venían, entraban y salían de los establecimientos como si de una amenaza terrorista se tratara. Entre tantas cosas “como la guerra económica” (factor que para nada es ficticio), recordaba una entrevista de un personaje político, en un medio de comunicación público, cuando el periodista le preguntó sobre qué se está haciendo para mejorar la economía y este respondía que se está trabajando en el tema (cuestión que no dudo en lo absoluto), pero que pensar lo contrario era “traición a la patria”, catalogaba el político.

Según el personaje, que ahora es miembro de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el recién aumento de sueldo es una medida para contrarrestar el ataque económico en el que se le ha venido sometiendo el bolsillo del venezolano (cosa que tampoco dudo que sea así). Por cierto, el constituyentista terminó molesto cuando el periodista le cuestionó que si mientras tanto tenía que seguir pagando el kilogramo de carne de res en casi 100 mil bolos, y que ahora junto con el pollo desapareció de los anaqueles. Esa es parte de la guerra económica para seguir jodiendo al pueblo, algo así respondía el entrevistado.

¡Coño como si este pueblo ya no ha llevado bastante coñazo del bueno! No me queda duda que los que promocionan toda esta distorsión de la economía, solo están esperando que los venezolanos reciban sus ‘aguinaldos’ para seguir haciendo y deshaciendo con los precios, para pulverizar el dinero que con tanto esfuerzo el pueblo trabajador se gana, convirtiéndolos en menos que unos ‘aguinalditos’.

Entonces… ¿mientras tanto qué? Esta vaina me hizo recordar cuando de niño veía la caricatura de ‘El Coyote y el Correcaminos’, porque terminamos de crecer y jamás pudimos ver al coyote atrapar al ‘H… de p…’ ave que tanto lo jodió. Pues bueno, así estamos, corriendo detrás de los precios de los zapatos, la ropa, la carne y el pollo, y el bendito correcaminos nos sigue sacando la lengua ¡Bip Bip!

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