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Dolor abdominal en niños: ¿Cuándo preocuparse?

Casi todos los niños presentan en algún momento dolor abdominal y aunque la mayoría de las veces no es por un problema médico grave, siempre es importante tomar en cuenta sus características para poder facilitar el diagnóstico a la hora de requerir atención médica.

En vista de que el abdomen guarda en su contenido tantos órganos y sistemas, cualquier afectación a éstos puede generar molestias y puede no ser fácil identificar inicialmente su origen. Algunas de las causas más frecuentes tienen que ver con el aparato gastrointestinal, por lo tanto pueden abarcar desde una situación aguda y autolimitada como una indigestión, hasta una urgencia tipo apendicitis. Por esta razón, además de prestarle atención al dolor es importante no automedicar al paciente, ya que cualquier intervención podría cambiar el curso o características del episodio y retardar o dificultar su adecuado diagnóstico.

Una causa común es el estreñimiento y los gases generados por malos hábitos alimentarios. También la intolerancia o alergia alimentaria puede provocar síntomas abdominales recurrentes. Los procesos infecciosos como gastroenteritis bacterianas o virales, parasitosis, o inclusive infecciones en otros órganos como la amigdalitis pueden iniciar un dolor abdominal.

Cuando el niño se queje de dolor abdominal, trate de que se lo describa. Hay datos muy importantes que ayudarán a una orientación diagnóstica: señalar si el dolor es generalizado o en algún lugar específico del abdomen y el tipo de dolor: si es cólico, es decir, que tiene picos de intensidad y luego se calma, repitiendo los ciclos varias veces o continuo y la forma en que se presenta: aguda o progresiva.

Si se trata de un bebé o un niño pequeño, depende de los padres y cuidadores darse cuenta que tiene dolor. Éste puede sospecharse si el niño está más irritable de lo habitual (llora mucho o no quiere nada), sube las piernas hacia el vientre o adopta posiciones especiales para evitar el dolor o está comiendo poco y por supuesto si presenta otros síntomas asociados como cambios en las evacuaciones.

La mayoría de las molestias abdominales son benignas y no suponen una emergencia, sin embargo hay signos de alarma que precisan consulta médica inmediata:

  • Si el dolor es intenso y no cede en 24 horas.
  • Empeora con el pasar de las horas.
  • Inicia generalizado y luego se va localizando en un punto del abdomen.
  • Se presenta en un bebé menor de 3 meses y además tiene vómitos o diarrea.
  • Si el niño no puede evacuar.
  • Evacúa con heces negras o hay sangre roja presente.
  • Su abdomen está rígido y duro.
  • Ha tenido una lesión o cirugía reciente en el abdomen.
  • Sensación de ardor al orinar.
  • Diarrea por más de 48 horas
  • Vómitos continuos y por más de 12 horas.
  • Pérdida del apetito por más de 2 o 3 días.

En todos estos casos, no dude en comunicarse con su médico de confianza. Nunca subestime las molestias abdominales en un niño, especialmente si repiten con frecuencia ya que muchas enfermedades sistémicas debutan o nos hablan desde el abdomen.

Dra. Morella Martínez de Herrera
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