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Las vacunas salvan vidas

Todos los bebés deben ser vacunados desde el momento de su nacimiento. Antes de los 5 años de edad, son una población muy susceptible a contraer enfermedades infecciosas, debido a que su sistema inmune está inmaduro y todavía no cuenta con las defensas necesarias para luchar contra estas enfermedades.

La principal razón para vacunar a los niños es sencilla: las vacunas salvan vidas. Junto con la lactancia materna, son la principal herramienta de medicina preventiva con la que contamos en la actualidad.  Gracias a las campañas de inmunización a nivel mundial, se han logrado erradicar muchas enfermedades que azotaban a la humanidad, disminuyendo la mortalidad infantil y los gastos en salud de muchas naciones. En los últimos años, la práctica de la inmunización ha sido fuertemente atacada por falsas atribuciones como la posibilidad de que las vacunas generen autismo o epilepsia; si bien es cierto que individualmente, como todo medicamento pueden provocar efectos secundarios, los compuestos vacunales son muy seguros y no se ha demostrado asociación científica real entre estas condiciones y la aplicación de vacunas.

Cuando se administra una vacuna, se introduce al cuerpo una muestra de los agentes (virus o bacterias) que causan enfermedades, para que el organismo genere una respuesta inmune y produzca anticuerpos capaces de reconocer a ese agente agresor, si se llegara a estar en contacto con él, y atacarlo precozmente, evitando así que se produzca la enfermedad o se generen complicaciones de la misma. Las inmunizaciones preparan al cuerpo para enfrentar de la mejor manera a ciertos microorganismos, muchos de ellos causantes de enfermedades graves y potencialmente fatales durante la infancia.

Es importante saber que las vacunas deben ser administradas de manera gratuita, en los centros de salud. Es primordial que se garantice el acceso y la disponibilidad a las vacunas, pues no cumplir con el esquema de inmunizaciones aprobado para cada país viola el derecho a la salud de niños, jóvenes y adultos.

Venezuela ha pasado de ser uno de los países con mejores tasas de vacunación en Latinoamérica a convertirse en uno de los que presenta más dificultades en alcanzar la meta de inmunizaciones en su población en los últimos 3 años. La ausencia de información epidemiológica veraz, aunado a la falta de productos biológicos ha llevado a la reaparición de enfermedades, como es el caso de la difteria que tras más de 20 años de haberse mantenido controlada, está nuevamente vigente en nuestro  país desde septiembre 2016. Así mismo ha bajado la cobertura vacunal con vacunas como la Pentavalente, Antirotavirus y Fiebre Amarilla, y sigue ausente la vacuna Antineumococo (del programa ampliado de inmunizaciones PAI), desde hace más de 6 meses.

Es fundamental que los padres estén informados del esquema vacunal que debe recibir por derecho todo niño, para eso es necesario que se lleve un registro sanitario de vacunas, desde el nacimiento del bebé. Este registro (tarjeta de control) es útil en sus consultas pediátricas, y exigido al momento de inscribir al bebé en una guardería, colegio o al viajar.

La mejor medicina siempre es la preventiva y todos los niños deben gozar de los beneficios de las vacunas para evitar daños que son perfectamente prevenibles y tratables en la actualidad.

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