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De Sindicatos, sindicalistas y representados

Agustín Tosco (en primer plano) y René Salamanca (en el micrófono)

En la edad Media los sindicatos eran agrupaciones que reunían a personas de un mismo oficio. En ellas se congregaban como una escuela de aprendizaje y, para guardar los secretos del mismo. Con la revolución industrial, los sindicatos se transformaron en las organizaciones de defensa de los trabajadores frente al avasallamiento de los patrones, representándolos para, en primer lugar no ser explotados y obtener un justo salario. Pero, ¿En Argentina los sindicatos representan a sus trabajadores?

Cuando ingresé a la facultad de Filosofía también ingresé a la lucha para la formación del Centro de Estudiantes. Corría el año 1983 y se había iniciado la reestructuración de los mismos que habían desaparecido durante el Golpe Cívico Militar. Éramos un grupo de estudiantes entusiastas que con ayuda de los que volvían empezamos a trabajar. Precisamente esos estudiantes que, en los años anteriores al golpe pertenecían a las agrupaciones estudiantiles, fueron base y nos contaban anécdotas de esa época. Entre ellas la que más recuerdo era sobre Agustín Tosco, Secretario del Sindicato de Luz y Fuerza, al cual conocía de niño porque éramos vecinos de barrio. Me impactaban las historias de Tosco. Contaban, por ejemplo, que para ir a hablar con él por temas del Sindicato tenía que ser por la tarde, ya que a la mañana trabajaba, no usaba la licencia sindical. Contaban de su enfrentamiento al poder político, a los dictadores y nos llenábamos de orgullo, ese era un representante, un sindicalista que nunca perdió de vista a las bases. El sabía lo que sus representados sentían y necesitaban porque era uno de ellos.

Han pasado los años y a la luz de los acontecimientos actuales uno se pregunta, ¿Los sindicalistas tienen esa representatividad que tenía Tosco, o un René Salamanca de S.M.A.T.A. (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor)? Basta leer los diarios para darnos cuenta que NO. Los sindicatos se han transformado en empresas donde los sindicalistas administran para tener ganancias, ellos y los que los rodean. Ejemplo Gerónimo Venegas de UTRERA (trabajadores rurales, estibadores) admitió que el 70% de los trabajadores en el país está en negro, sin obra social y sin jubilación. Hecho que, según el representante de los trabajadores: “genera una competencia desleal entre los productores que los tienen en blanco y los que no.” Perdonen pero alguien le tendría que avisar que es representante de los trabajadores, no de los productores.

Luis Barrionuevo del sindicato de Gastronómicos, en 1975 asaltó el sindicato y lo tomó por la fuerza sacando a Ramón Elorza del poder, aunque tuvo que devolverlo 48 hs. después. Este personaje siniestro, que siempre se movió con patotas y utilizó la fuerza de las armas, es famoso por una célebre frase:»Hay que dejar de robar por dos años.” Obviamente que ni él, ni ninguno que lo rodea la cumplió. En el momento actual los gastronómicos son algunos de los trabajadores más castigados por el cierre de fuentes de trabajo, sin embargo Barrionuevo avala las políticas del gobierno.

Así podríamos llenar páginas y páginas con ejemplos pero, no tiene sentido. Con los ya nombrados la gente y los trabajadores se dan cuenta que están solos, que los sindicatos son empresas que si uno entra y se hace amigo o partícipe necesario gana, todo queda en el grupo, más allá de él, nada. Los convenios se negocian en secreto, lo sindicalistas ocupan puestos en el gobierno o, son elegidos como diputados o senadores de los gobiernos que a su vez es patronal de sus representados.

Y así están los trabajadores en mi país, sufriendo los embates de la política neo liberal, abandonados a su suerte y con sus representantes sindicales comiendo en la misma mesa que los que tienen que enfrentar, con el banquete pagado por el pueblo.

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