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TomarTe de poesía

Cuando las mujeres escriben poesía, la gramática establecida las conceptúa como poetisas. Pero, poeta es toda aquella persona que escribe obras poéticas, sin distinguir que se trate de mujer u hombre.

Escribir es un acto humano, una pasión del espíritu universal dando la orden al individuo para que pronuncie lo bello. Cuando es una mujer quien lo hace, el verbo multiversal nos regala dos bellezas en una misma acción, en un mismo texto, en un mismo poema.

Desde hace mucho tiempo, he defendido que la literatura, producto de nuestros sentidos, carece de sexo: es humanidad, es también universo en la totalidad del movimiento dialéctico de creación constante en estado perfecto.

Quizás por eso resulta complejo, o más bien confuso, entender que, en esencia, todos, todas, somos poetas aunque no hayamos logrado jamás escribir un verso.

Vivir en poesía es más importante y es reconocernos múltiples y únicos, en el amor como verdadero propulsor de cualquier revolución verdadera.

Reflexionando en torno a este tema, fue cuando, la semana pasada decidimos conversar con tres poetas nuestras, cuyos nombres se acababan de anunciar como seleccionadas en el Festival Internacional de Poesía de Altino 2020 que se celebra en la ciudad de Venecia, Italia.

Celenia Arreaza Montserrat, Ana María Hernández y Arlette Valenotti me dieron razones para retomar esta razón del espíritu llamada poesía. La imagen del árbol de Tilo, a la entrada del Museo Arqueológico en Altino, donde ahora cuelgan como hojas vitales los versos de estas tres venezolanas, contribuyó a ratificar mi convicción de estar en el camino revolucionariamente correcto.

Así que, con permiso, a esta hora, en este Diálogo, voy a TomarTe, de Saúco, de Tilo, en la plena convicción de que juntos, juntas, ¡Venceremos!

Ilustración: Iván Lira, en portada para el semanario Todasadentro

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