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Volver a ser poesía

Desde cuando decidimos en conciencia con el universo, poblar, durante cerca de 40 semanas, el vientre de la madre que elegimos en tránsito hacia el parto que nos trae a esta forma de vida, entramos en un proceso ajeno y ajenizante cuyo objetivo parece centrarse en despojarnos de nuestro ser genuino, de nuestra esencia Poesía.

Una de las expresiones artísticas primarias, en todos los individuos humanos, es la de hacer poesía. Se trata, tal como la conocemos y la explicamos hoy, del uso bello de la palabra para comunicar lo que habita en nuestra alma.

Dicen los estudiosos y clasificadores de las ondas cerebrales que se mueven y varían según lo que hacemos o sentimos, que escribir poesía o expresarse artísticamente, es algo que hacemos «cerebralmente» (aunque el proceso no es exclusivamente cerebral) en estado de ondas Alfa. Es decir, una onda en la que gravitamos entre la vigilia (ondas Beta, altas o bajas) y el sueño (ondas Delta), sin estar completamente despiertos ni exactamente dormidos (según explica técnicamente la neuropsiquiatría).

La poesía, como el arte en general y el ejercicio de la creatividad, no se generan en estado de alerta ni en presencia de la «amenaza del depredador». Se requiere de una nota de relax, de un ambiente protegido, seguro y acariciarte como el que ofrece el confort genuino del líquido amniótico en el vientre uterino y con todas las condiciones en las que, como humanos vivos nos desarrollamos.

Es la sociedad de amenazas o de estímulos amenazantes la que, en la medida que crece para el poder y la acumulación de riquezas, para la división y la agresión, arranca, quita, despoja a los individuos (entre otras muchas cosas, incluyendo la expropiación de la fuerza de trabajo) de sus ondas cerebrales Alfa. Expropia (ese tipo de sociedades, divididas en clases, como la capitalista) al individuo de la paz, del equilibrio en movimiento dialéctico, de la armonía y, por extensión, de la creatividad.

Si algo nuestro, de la humanidad como perfección potencial, latente, se nos ha quitado (nos lo ha quitado una parte de la misma sociedad, ambiciosa de poder, ego y riquezas materiales) es obvio que por tendencia de equilibrio multiuniversal dialécticamente pleno nos movemos hacia la recuperación del mismo.

Es entonces cuando nos planteamos volver a la poesía como el no lugar del alma, parte del todo multiuniversal del que somos esencialmente.

En sintonía con este planteamiento introductorio, es como la creación poética aflora constante (sin tener que explicarlo, por supuesto) y coincidimos en cualquier parte, con alguna -algún- poeta que nos confirma la voluntad revolucionaria por lo pleno, por lo bello. A esas, a esos, a quienes llamamos poetas, nada les preguntamos. Simplemente les disfrutamos, disfrutamos su creación y su espíritu ahora.

Y en ese disfrute, en esa conjunción de ondas Alfa, poetas -individualmente o en propósitos colectivos- hacen propuestas como la que desde Venezuela el Festival Mundial de Poesía que, este año 2020, llega a su XIV edición en una convocatoria desde el cautiverio de la Cuarentena que enfrenta la pandemia de Coronavirus en esta propuesta de conciencia en acción expandida por una nueva sociedad.

En este Diálogo semanal te invito a estar atenta, atento, para reencontrarnos ahora de amor y poesía en un nuevo canto de solidaridad, de libertad, de hermandad. Comienzan los festivos recitales el 14 de noviembre y clausuraremos las jornadas exactamente el día 29, fecha del nacimiento de uno de los grandes poetas de Nuestramérica y el mundo, don Andrés Bello.

Es hora de volver a ser poesía, es hora del despertar amoroso y esencial de la conciencia.

Ilustración: I.P.B.

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