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Yo quiero y tú NO

La frecuencia y la duración del encuentro sexual pueden generar roces y malentendidos. Cuando en la pareja el deseo y las ganas coinciden, todo marcha bien en la cama. El problema comienza cuando uno de los dos tiene una frecuencia alta y el otro está conforme con relaciones más esporádicas o cuando uno necesita un poco más de dedicación y el otro no le ve ningún contra al rapidito.

Es muy común escuchar, él quiere en la mañana y ella prefiere en la noche. Todos los días o mejor los fines de semana. Con esta discordia de tiempo se genera presión y estrés que los lleva a una carga emocional. El que quiere un encuentro con mayor frecuencia, comienza a frustrarse a exigir más encuentros. Siente el rechazo, se pregunta por su grado de atracción y hasta llegan a creer que su pareja lo dejó de amar o que no desea mantener relaciones porque quizás esté con alguien más.

Antes de suponer la mejor recomendación es revisar lo que pueda estar pasando en la pareja, en los últimos seis meses que están haciendo para nutrir la convivencia, como están ambos con su entorno, laboral y familiar.

En esta nota, te damos tips para hablar el tema y volver a sincronizar los relojes de la pasión.

Es importante saber que los horarios masculinos están muy condicionados por la testosterona, hormona que en la mañana aumenta entre un 25 y un 50% frente a los niveles de otros momentos del día, generando una fuerte excitación; en muchos casos, los hombres buscan sexo para aprovechar la erección provocada por este pico hormonal. Ya ven porque a la mayoría de los hombres les gusta el famoso “mañanero”.

Diseñar un cronograma divertido y caliente que propicie el deseo en ambos es una buena opción

Para algunas mujeres quizás no es el horario más cómodo si luego tienen que salir a trabajar, si se le suma las responsabilidades de la casa o de llevar a los hijos a la escuela, no terminaron de leer y ya el deseo desapareció. Acá es donde los hombres debe ser astutos y colaborar con esas actividades de la casa y ajustan sus horarios para que en la semana algunos días se despierten con un buen aroma de pasión.

Suena extraño decir que se debe agendar los encuentros porque dejarían de ser espontáneos, pero diseñar un cronograma divertido y caliente que propicie el deseo en ambos es una buena opción. Tiempo para seducirse, explorarse y atreverse hacer algo nuevo; cambiar de posiciones, usar un juguete sexual o simplemente conversar con su pareja.

Las mujeres necesitamos ese espacio de atención que nos lleva a impulsar el deseo, recuerde caballeros que no hay mujer “frígida” -palabras que se usó por mucho tiempo para referirse a la mujer que no tenía deseo sexual- sólo hay mujeres mal estimulada.

Sabemos que cuando a las parejas se les desajusta el reloj o cuando nunca llega ajustarlo empieza la angustia, estrés y lo que podemos es lograr que se complique el panorama.

La comunicación es la clave para hacer frente a cualquier problema de pareja, incluida la diferencia de horarios en el deseo sexual. Las parejas que se comunican logran comprometerse a tener sexo con más frecuencia. Se trata de acordar un esfuerzo compartido por tener más intimidad, más satisfacciones sexuales.

Entonces, hay que hablar, ponerse de acuerdo.

@RinaMoralesMelo – Orientadora en sexología

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