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Crecer leyendo

Las vacaciones escolares siguen su curso serpenteando guarimbas, paros y trancones para que nosotros, los padres que pensamos en la paz de nuestros hijos, podamos brindarles algo de recreación a los más pequeños en su tiempo de descanso. Una de las opciones más gratificantes es la Feria del Libro de Caracas, que se realiza desde hace ocho años para celebrar el aniversario de nuestra capital.

De paseo por el Parque Los Caobos, sitio que alberga la feria, Miguelito se detuvo en cuanto stand consiguió para tratar de actualizar, hasta donde permite el presupuesto, su inventario de cuentos infantiles y libros sobre el sistema solar. En el recorrido, nos encontramos con una señora que se maravilló de la avidez por la lectura del pequeño, que exhibía su limpia lectura ante la mirada de los visitantes.

La dama nos preguntó asombrada: – ¿Qué edad tiene ese niño? – Cinco años, contesté – ¿Y cómo hacen para que lea tan bien? – No hacemos nada señora, simplemente imita lo que ve en casa – dijo su mamá. Todas las experiencias en la formación de los niños en sus primeros años, se reducen a la imitación. Los hijos serán el reflejo de lo que sus héroes – mamá, papá y sus seres queridos – le demuestran.

Hay padres que quieren que sus hijos sean grandes lectores desde chiquiticos, y les compran cuentos, les leen antes de dormir y a veces los obligan como si eso fuera un castigo. Nada más lejos del objetivo. Lo único que tienes que hacer para que tus chamos lean, es leer de verdad. No basta con aparentar que se lee, tienes que amar la lectura y no tendrás que hacer un gran esfuerzo por lograr que ellos también amen leer. Hay expertos que incluso sugieren que el gusto por la lectura es un asunto genético.

La mejor recomendación que podemos sugerir si quieres que tu chamo lea más, es no obligarlos. Ya hemos hablado mucho sobre las ventajas del juego, de lo lúdico, en los procesos de aprendizaje de los más pequeños, que encuentran en la diversión las mejores herramientas para hacerse de los conocimientos más diversos. Pues así tenemos que pintarles la lectura a ellos para atraerlos a ese mágico mundo, la lectura debe recrearles escenarios y personajes maravillosos, con los cuales se identifiquen en sus espacios reales e imaginarios.

¿Para qué leer?

Si eres una persona poco aficionada a la lectura, seguro no vas a poner mucha objeción a que tus hijos desperdicien largas horas de su tiempo de ocio frente al televisor o la computadora. Pero si te preocupa que tus hijos utilicen su cerebro de una forma más eficiente, entonces más vale que empieces a ofrecerles la lectura como hábito frecuente.

Los cerebros de los niños que leen desde pequeños, se desarrollan de una manera distinta a los de aquellos que leen menos. Según el estudio realizado por la Universidad de Pennsylvania en la Reunión Anual de la Sociedad de Neurociencia en 2009, se determinó que la lectura influye en el crecimiento del cerebro de los niños y hace que ciertas zonas de la corteza cerebral se tornen más estilizadas, lo que provoca que el procesamiento de información sea más eficiente.

En niños pre-lectores es importante la figura del papá o la mamá narrador que le cuente y recree historias. Sin embrago, cuando el niño comienza a leer, es importante inducirlos a que sean ellos mismos los que revisen sus libros, que conozcan los detalles de las acciones y sensaciones descritas en el texto. No hay mejor manera de cogerle el gusto a la lectura.

En estos días en los que nuestra querida Caracas cumple 450 años, la Feria del libro es un buen lugar para motivar el hábito de la lectura en nuestros hijos. Ojalá los niños y jóvenes abarroten los espacios del Parque Los Caobos para construir juntos los saberes que necesita el país. Ojalá que podamos enseñarles a ellos desde pequeñitos que la lectura perjudica seriamente a la ignorancia.

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