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Yo tampoco soy Charlie

Actuando más rápido que el conteo electoral, los cuerpos de seguridad de Francia informaron este jueves, haber detenido a 7 personas (sin precisar los lugares de detención), supuestamente vinculados con el ataque a la sede de la revista Charlie Hebdo, en París. Episodio en el que al menos 12 personas perdieron la vida.

Las autoridades calificaron el hecho como un atentado terrorista y agregaron que son «cientos» las personas sospechosas que pueden tener posibles vínculos con en el terrorismo,.

Ningún grupo o individuo ha reivindicado hasta ahora la autoría del ataque, ejecutado por hombres armados y encapuchados que asaltaron las oficinas de la revista parisina.

La agencia rusa de noticias cita una entrevista realizada a una trabajadora de la revista que sobrevivió al ataque. Dice la nota:

“Corrine Rey, que dibuja cómics bajo el seudónimo de Coco, había recogido a su hija de la guardería y volvía al trabajo con la niña cuando dos hombres armados y con la cara cubierta con pasamontañas coincidieron con ella frente a la puerta de la redacción de la revista satírica. Los enmascarados amenazaron con matar a la niña. «Dijeron que querían subir a las oficinas y yo les tecleé el código«, confesó la mujer.

Agrega un dato que sirve de detonante para la creciente islamofobia que ahora es comidilla en medios formales e informales:

La caricaturista detalló que los atacantes «hablaban francés perfectamente» y no escondían su condición de terroristas de Al Qaeda». Otros testigos presenciales (pero que nadie ha visto) dicen también haber oído a los asesinos gritando «¡Hemos vengado al profeta!» y «¡Dios es grande!».

La maquinaria mediática francesa, en su carrera por la primicia, abre fuegos hoy publicando una grabación, del año 2005, en la que aparece Cherif Kouachi, quien junto con su hermano Said está siendo buscado por la policía señalados de ejecutores del acto criminal.

Cherif Kouachi, nacido en París en 1982, fue condenado a tres años de prisión en el 2008 por enviar combatientes a luchar en las filas de Al Qaeda contra EE.UU. en Irak, según publica The Daily Telegraph.

El miércoles 29 de octubre, DesdeLaPlaza publicó un artículo en el que se explica cómo se refleja El Islam en la prensa de Occidente Allí, citando al intelectual Edward Said se apunta que:

Pero los medios de comunicación igualan ahora islam con terror y fundamentalismo, así que, no importa en qué parte del mundo estalle una bomba, los primeros sospechosos son siempre musulmanes y/o árabes (…) La propia palabra islam ha adquirido la característica erizada de un monstruo terrorífico e irracional”.

Mi red, mi voz

Informado el ataque. Mensajes de todas partes del mundo se escribieron para solidarizarse con las víctimas. Presidentes, ministros, artistas, gente de incontables rincones del planeta, hicieron publico su rechazo a la agresión en 140 carácteres.

Ya sabemos que son terroristas, de Al Qaeda o de Estado Islámico o de algún otro grupo que nos mata sólo porque le da la gana.

Condena boomerang

El gobierno de Siria, víctima de una sisttemática agresión terrorista (patrocinada por occidente) condenó el ataque terrorista registrado en París. “Este acto terrorista pone de relieve los peligros de la extensión del terrorismo y el extremismo que constituyen una amenaza para la estabilidad y la seguridad del mundo entero”.

Pero mete el dedo en la llaga al remarcar que “en los últimos años Siria había advertido en reiteradas ocasiones sobre las consecuencias de patrocinar el terrorismo, sobre todo el que azota Siria y la región, y había amonestado de que, tarde o temprano, el terrorismo regresará a su cuna”.

Otra mirada

Pero lo ocurrido en Francia debe mirarse con lupa y no desde la solidaridad automática. Al menos así lo escribe José Antonio Gutiérrez D.(1).

“Parto aclarando, antes que nada, que considero una atrocidad el ataque a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París y que no creo que, en ninguna circunstancia, sea justificable convertir a un periodista, por dudosa que sea su calidad profesional, en un objetivo militar (…) Pero no creo que censurar el ataque en contra de Charlie Hebdo sea sinónimo de celebrar una revista que es, fundamentalmente, un monumento a la intolerancia, al racismo y a la arrogancia colonial”.

Considera importante separar que el ataque a la revista no es un ataque a la libertad de expresión.

Miles de personas, comprensiblemente afectadas por este atentado, han circulado mensajes en francés diciendo “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie), como si este mensaje fuera el último grito en la defensa de la libertad. Pues bien, yo no soy Charlie. No me identifico con la representación degradante y caricaturesca que hace del mundo islámico, en plena época de la llamada guerra contra el terrorismo, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva. No puedo ver con buena cara esa constante agresión simbólica que tiene como contrapartida una agresión física y real, mediante los bombardeos y ocupaciones militares a países pertenecientes a este horizonte cultural”.

Recuerda Gutiérrez un dato histórico sobre los árabes en Francia:

Tampoco puedo ver con buenos ojos estas caricaturas y sus textos ofensivos, cuando los árabes son uno de los sectores más marginados, empobrecidos y explotados de la sociedad francesa, que han recibido históricamente un trato brutal: no se me olvida que en el metro de París, a comienzos de los 60, la Policía masacró a palos a 200 argelinos por demandar el fin de la ocupación francesa de su país, que ya había dejado un saldo estimado de un millón de incivilizados árabes muertos.

Al referirise a la revista, asegura que:

No se trata de inocentes caricaturas hechas por librepensadores, sino que se trata de mensajes, producidos desde los medios de comunicación de masas (sí, aunque pose de alternativo Charlie Hebdo pertenece a los medios de masas), cargados de estereotipos y odios, que refuerzan un discurso que entiende a los árabes como bárbaros a los cuales hay que contener, desarraigar, controlar, reprimir, oprimir y exterminar”.

¿Qué pasaría si…?

José Antonio Gutiérrez apunta que no son recíprocas las relaciones mediáticas cuando se trata de “satirizar” a los poderosos de occidente.

¿Qué ocurriría si yo hiciera ahora una revista cuya portada tuviera el siguiente lema: “Matanza en París. Charlie Hebdo es una mierda: no detiene las balas” e hiciera una caricatura del fallecido Jean Cabut acribillado con una copia de la revista en sus manos? Claro que sería un escándalo: la vida de un francés es sagrada. La de un egipcio (o la de un palestino, iraquí, sirio, etc.) es material “humorístico”. Por eso no soy Charlie, pues para mí la vida de cada uno de esos egipcios acribillados es tan sagrada como la de cualquiera de esos caricaturistas hoy asesinados”.

DesdeLaPlaza / Ernesto J. Navarro: Yo tampoco lo soy

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1.- José Antonio Gutiérrez D. es militante libertario residente en Irlanda, donde participa en los movimientos de solidaridad con América Latina y Colombia, colaborador de la revista CEPA (Colombia) y El Ciudadano (Chile), así como del sitio web internacional www.anarkismo.net. Autor de «Problemas e Possibilidades do Anarquismo» (en portugués, Faisca ed., 2011) y coordinador del libro «Orígenes Libertarios del Primero de Mayo en América Latina» (Quimantú ed. 2010).

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