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¿Quién mató a Kennedy? Aquí varias teorías

Han pasado 53 años de este vil asesinato y aún no se ha revelado la verdad acerca de quién y por qué mató al presidente número 35 de Estados Unidos, John F. Kennedy, en las investigaciones oficiales solo aparece un hombre como el que presuntamente realizó el acto.

Lee Harvey Oswald fue el único detenido por el asesinato de Kennedy. Para la policía, se trataba de un único asesino, más o menos perturbado, con una motivación personal: Oswald era marxista y simpatizante de Cuba y de la Unión Soviética.

En 1959, Oswald había renunciado a la ciudadanía americana solicitando la nacionalidad soviética. Además estaba casado con una rusa y era un firme defensor del comunismo y la Cuba de Castro. El caso parecía tener sentido y bien hubiera podido cerrarse aquí,de hecho se intentó,  pero había demasiadas incógnitas que no encajaban.

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Por un lado estaba la proeza del disparo. ¿Cómo es posible que un solo tirador pudiese acertar dos veces en nueve segundos a un blanco móvil desde un sexto piso y a 140 metros de distancia con un viejo fusil Mannlicher? Por otro, la proeza de la bala, capaz de acertar en dos blancos no alineados – aunque esto acabaría por explicarse –.

Luego estaban los testigos que decían haber oído disparos saliendo de un montículo al lado de la carretera y la reacción de Kennedy al recibir el disparo, más propia de un impacto frontal. Estas y otras incógnitas sugerían una pregunta, ¿actuó solo Harvey Oswald?

Estas son algunas de las hipótesis:

Fidel Castro. La presencia de Castro en las principales teorías conspirativas sobre la muerte de JFK se explica desde el fracaso de Bahía Cochinos. Kennedy inició entonces una guerra subterránea de los servicios secretos norteamericanos con el fin de derrocar a Castro, ya fuera por lo civil o por lo criminal.

Bajo el nombre clave de Operación Mangosta, la CIA no dejó de intentar asesinar a Castro durante toda la presidencia de Kennedy y es razonable que el líder cubano tratara de contraatacar por una sencilla cuestión de supervivencia.

La Mafia. Una de las vías abiertas para matar a Castro pretendía servirse del mundo del hampa para cometer el crimen. La CIA había encarado la misión a un ex agente del FBI llamado Robert Maheu, que a su vez contrató a un mafioso de Las Vegas llamado Rosselli, que quiso contar para el trabajo con Sam Giancana, puesto que había sido socio del antiguo capo de La Habana Santos Trafficante y por tanto conocía el terreno.

Conspiración del Gobierno. El que fuera fiscal del distrito de Nueva Orleans, Jim Garrison, es el principal precursor de la teoría de la conspiración gubernamental, que surge al tratar de poner en entredicho buena parte de las conclusiones de la Comisión Warren.

La implicación de la CIA llegó a ser confesada por el ex agente Howard Hunt, encarcelado años después por ser uno de los agentes que irrumpieron en el complejo de oficinas Watergate de Washington para instalar aparatos de escucha. Poco antes de morir, Hunt reveló que había participado en el asesinato de Kennedy y que el plan, conocido como ‘The Big Event’, había sido concebido por la CIA y ejecutado conjuntamente por miembros de la Compañía y de la Mafia.

Uno de los pistoleros que habrían ejecutado el magnicidio fue Lucien Sarti, un experto francotirador de la Mafia corsa. Hunt también implicó a Frank Anthony Sturgis, un mercenario de la CIA que estuvo en Bahía Cochinos y que fue junto a él uno de los ‘fontaneros’ del Watergate.

Otras teorías menos probables

Lobbies económicos. Se ha hablado a menudo del lobby del acero, muy molesto con Kennedy por sus medidas dirigidas a romper su monopolio – tras la subida de precios anunciada por la United States Steel Corporation, el mayor productor de acero del país – e incluso de la industria armamentística, con evidentes intereses en una política exterior beligerante en Vietnam y sin embargo, el único lobby económico que presenta al menos alguna pista que se puede rastrear es el del petróleo.

Rusia y la KGB. No se puede descartar la teoría del KGB en un contexto de guerra fría tan acusado como el que se vivía en los años sesenta. Tras la crisis de los misiles, buena parte del politburó soviético se sintió terriblemente humillado por la firmeza de aquel joven presidente que había obligado a recular a sus ejércitos.

Saquen ustedes mismo sus conclusiones de el crimen mas sonado de ese año y por ende del siglo XXI

DesdeLaPlaza.com/Teinteresa.com/CJO

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