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Scioli: Un metódico ex deportista que corre hacia su gran meta

Daniel Osvaldo Scioli nació el 13 de enero de 1957 y hace 18 años ingresó a la política. Antes fue el “hijo de” José Osvaldo, el fundador de la empresa de electrodomésticos, que fluctuó con el vaivén de la económica hasta, finalmente, naufragar en 1995.

Su pasión por la velocidad lo había llevado a manejar lanchas. Era motonauta y corría en lo que habían dado en llamar la Fórmula 1 del agua, un deporte que hasta ese momento no había despertado el interés popular. De mameluco rojo, las carreras de Scioli empezaron a ser trasmitidas en el noticiero del Canal 9, que en esa época llegaba a 40 puntos de rating. El era el hijo de uno de los dueños del canal, su padre “Don José” era socio del entonces zar de la televisión, Alejandro Romay.

Años antes de entrar en política, Scioli desarrolló una exitosa carrera deportiva. Se dedicó a la motonáutica y con su lancha “La Gran Argentina” obtuvo varios títulos internacionales, retirándose en 1997 luego de 11 años de carrera

El 3 de diciembre de 1989 quedó marcado como un hito en su biografía. Scioli empezaba a coquetear con la posibilidad de incursionar en la política y se le ocurrió tener un invitado especial como copiloto: Carlos Saúl Menem. El riojano hacía cinco meses que era presidente y ambos compartían la pasión por la velocidad. Al otro día, en la segunda fase, por el Río Paraná un carguero provocó una ola gigante y la lancha de Scioli voló por el aire, un pedazo le arrancó el brazo derecho. Dicen que cuando Menem lo fue a visitar lo consoló con la frase: “Los mejores días están por venir” y Scioli hizo suya la predicción del riojano.

En 1989, mientras corría los 1000 km del delta en el Río Paraná, sufrió un grave accidente a la altura de Ramallo que le provocó la pérdida total de su brazo derecho y se rehabilitó gracias a la colocación de una prótesis. Poco más de 20 días del accidente, concede el primer reportaje y Scioli que tiene fuerzas para seguir luchando en la motonáutica.

Scioli aprendió a escribir y a firmar con la mano izquierda, y también volvió a correr. Fue en 1991, sponsoreado por YPF privatizada y por Marlboro. Las revistas siguieron su evolución en plena efervescencia del champagne que acompañó a la pizza como signo de los tiempos menemistas.

Su carrera política comenzó en 1997 como diputado por la Ciudad. Hasta ese momento no había militado ni estaba afiliado al PJ. Su padre era amigo y apoyó a Raúl Alfonsín. En 2001 fue reelecto, en diciembre el presidente interino Rodríguez Saá lo nombró Secretario de Turismo y Deporte. Duhalde lo confirmó.

En la época post-crisis de 2001 recorrió el país para fomentar los destinos nacionales. Fue cuando en un viaje a El Calafate conoció a Néstor Kirchner. Con Cristina se había cruzado antes: había sido su pesadilla en la Cámara de Diputados, cuando ella ya había abandonado al menemismo y él era un ultraoficialista. Supo siempre evitar explicar las contradicciones de cambios de jefes. La primera vez que le preguntaron por su pasado menemista dio una respuesta que después repetiría: “La mejor década está por venir”.

En 2003 fue compañero de fórmula de Néstor Kirchner. Cinco años después fue elegido gobernador de la Provincia y reelecto en 2011.

Kirchner sabía que en la naturaleza de Scioli estaba el obedecer, al menos así lo decía cuando alguien le señalaba la falta de compromiso de su vice en alguna de sus guerras. Eso no le impedía, como después lo hizo Cristina, tensar la relación hasta el reto en público. Scioli los aguantó con cara de nada. Sus asesores le pedían que reaccionará, pero él también sabía que cada ataque lo ponía un poco más arriba en las encuestas y que, cuando había elecciones, los Kirchner necesitaban su popularidad.

Inmutable pareció pasar grandes tormentas, aunque en el círculo íntimo les ladraba. Su perseverancia y silencio lo transformó en su heredero político. Define su método como el de un deportista disciplinado que entrena para la alta competencia. Como en el deporte, en la política también en un día se juega la preparación de años. Hoy Daniel Scioli va a todo o nada en la carrera para la que se preparó a lo largo de su vida. Nunca tuvo la presidencia tan cerca o tan lejos.

 

Tomado de El Clarin

 

 

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