La represión en la cuarta República

Si algo caracterizó a los gobiernos de la cuarta República, fue la represión que le aplicó al pueblo cada vez que éste salía a protestar o a manifestar por sus derechos y reivindicaciones.

No había marcha o concentración que no terminara a peinillazos, lacrimógena, perdigones, golpes y con la tristemente recordadas “ballena” y el “rinoceronte” de la Policía Metropolitana (PM) lanzando sus chorros de agua contra todo aquel que se les cruzara por el medio.

Ni los “viejitos”, por su condición de personas mayores y sus limitaciones físicas propias de la edad, se salvaron recibir su dosis de represión. El entonces gobernador del Distrito Federal, Antonio Ledezma, quien hoy se rasga las vestiduras a favor de la democracia y la libertad, tiene en su haber un prontuario extenso en esta materia.

Son recordados los casos de la estudiante y presidenta del Centro de Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Belinda Alvárez y de la periodista Verónica Tessari, quienes murieron por la acción de los policiales al mando de Ledezma.

El blog La Tabla nos recuerda que durante el gobierno de Ledezma fueron varias las denuncias de atropellos por parte de la PM. “Las víctimas de escopetas con proyectiles ilegales como metras suman al menos una decena, disparados por agentes de la liquidada Policía Metropolitana en manifestaciones populares y estudiantiles…”.

“Asimismo el gobierno de Ledezma aplicó una política de cero tolerancia en los barrios y sectores populares, lo cual causó auténticas masacres contra jóvenes acusados como delincuentes, que eran cometidas por grupos comandos formados y alentados en la PM”.

Hay que mencionar también lo ocurrido en las décadas de los 60, 70 y 80, cuando los casos de muertos producto de la represión policial fueron, en algunos casos, reseñados por la prensa

El pasado miércoles vimos como unos “pacíficos” guarimberos oposicionistas arremetieron contra una joven oficial de la PNB (Policía Nacional Bolivariana) que custodiaba a la concentración opositora.

Con puños, patadas, palos, piedras agredieron a Dubraska Álvarez, de 22 años, quien presentó traumatismos generalizados en su cuerpo y que al momento de la agresión sólo portaba un escudo.

Ella misma aclaró posteriormente en una entrevista a Venezolana de Televisión (VTV), que los funcionarios de este cuerpo del orden público tienen prohibido utilizar armas y lacrimógenas sin la debida autorización de un superior.

Situaciones como estas, que los manifestantes, agredieran de esa manera a un policía, jamás hubieran ocurrido en tiempos de la cuarta República cuando la brutalidad con la que se trataba a manifestantes era tal que hasta llegaban a “aliñar” los cartuchos de perdigones a los que les introducían hasta metras que mataron a más de un estudiante.

 DesdeLaPlaza.com/Rosa Ángela Latorraca Gozález