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San Martín y la Orden

Macri otorgó la orden del Libertador San Martín a Felipe VI, pero ¿qué es la orden del Libertador San Martín? Esta fue creada el 17 de agosto de 1943 con la intención de homenajear a personalidades que tengan méritos hacía la Patria. Fue reformada en 1957, durante la Revolución Libertadora y, se reglamentó en 1967 actualmente en vigencia. ¿Qué distingue? y, ¿esa distinción tiene una real concordancia con los pensamientos de San Martín?

En 1943, con el gobierno de Juan Domingo Perón, se crea la distinción oficial Orden del Libertador General San Martín para reconocimiento de las personalidades que hayan actuado a favor de la Patria. Ésta fue derogada y reformulada en 1957, por el gobierno de la Revolución Libertadora, netamente antiperonista. En la reforma de la misma solamente se otorgaba la orden a personalidades extranjeras, y se especificaba la jerarquía de los grados de la orden de acuerdo al rango de la personalidad a premiar. Esta ley fue reglamentada en 1967, donde se instauraba al Presidente de la Nación con el rango de Gran Maestre de la Orden, y de gran Canciller al Ministro de Relaciones Exteriores y Culto.

La ley y su reglamentación establece una jerarquía dentro de las distinciones: “Artículo 1° – La «Orden del Libertador San Martín» consta de los siguientes grados: Collar; Gran Cruz; Gran Oficial; Comendador; Oficial; Caballero.”  La Primera distinción se otorga a Soberanos y Jefes de Estado, la última a Vice Cónsules, agregados a embajadas y personal subalterno de las fuerzas armadas.

La orden del Libertador General San Martín tiene sus orígenes en una distinción establecida en Perú por el mismo San Martín cuando éste ocupaba el cargo de Protector, la Orden del Sol. La diferencia entre la que creó el Libertador y la Argentina, es que la que hizo el Libertador se entregaba a Personas que contribuyeron a la independencia de los pueblos de América, como lo decía el propio San Martín: «He contemplado fundando este privilegio, hacer hereditario el amor a la gloria, porque después de derogar los derechos hereditarios, que traen su origen de la época de nuestra humillación, es justo subrogarlos con otros que, sin herir la igualdad ante la ley, sirvan de estímulo a los que se interesen en ella». «La Orden del Sol, patrimonio de los guerreros libertadores, y premio de los hombres beneméritos, durará así mientras haya quien recuerde los años heroicos, porque las Instituciones que se forman al empezar una gran época se perpetúan por las ideas que cada generación recibe, cuando pasa por la edad en que averigua con respeto el origen de lo que han venerado sus padres». La Orden del Sol fue suprimida en 1825 por las desigualdades que creaba, pero se estableció de nuevo en 1923 con una jerarquía de distinciones parecida a la de la Argentina, ya que ésta seguramente se sirvió de ésta orden para establecerla.

Ahora bien, si uno lee los fundamentos que el gobierno provisorio da para crear la orden del Libertador San Martín, diría que no comprendieron lo que el prócer quiso cuando creó la orden que dicen inspirarlos, según el gobierno de facto: “Que el Gobierno Provisional de la Nación ha considerado en diferentes oportunidades la necesidad de reconocer a funcionarios extranjeros los méritos adquiridos por su amistad con nuestro país;  Que para honrar la virtud y premiar el mérito las Repúblicas de América instituyeron desde su fundación órdenes destinadas a consagrar esos títulos;  Que nuestro Libertador, el General San Martín, fue quien adoptó en Lima la iniciativa, diciendo que, «en consideración de tan solemnes motivos» creaba «la Orden del Sol, para recompensar a todos los hombres beneméritos, por ser esa la prerrogativa más honorable de todo Gobierno»

San Martín creó la Orden del Sol para homenajear a las personas que luchaban por la independencia de América, en la época que la creó, había todavía muchas zonas que estaban bajo dominio español. Era un recordatorio: “La Orden del Sol, patrimonio de los guerreros libertadores, y premio de los hombres beneméritos, durará así mientras haya quien recuerde los años heroicos.” Se ve que en 1825 nadie se acordaba de los años heroicos y menos en 1923 en Perú. Ni que hablar de Argentina en 1943 y en 1957. Por lo menos cuando se instauró la orden, la podían recibir argentinos. Después se derogó y sólo extranjeros.

Lamentablemente si San Martín leyera un listado de a quienes se le dio la orden, lloraría de impotencia y bronca, en la lista figuran dictadores como Pinochet, Stroessner, Trujillo y algún que otro dictador, además del Rey de España, de Inglaterra y otros mandatarios que el único merito que tuvieron fue el de querer establecer lazos comerciales o la necesidad de préstamos por sus respectivas naciones.

El actual presidente Mauricio Macri no escapa a esa ley no escrita, la de halagar para recibir. Como en su momento la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner le había entregado la orden a la Princesa Letizia, consorte de Felipe de Borbón, para no ser menos Macri se lo entregó a Felipe VI. La pregunta es ¿hasta qué punto un presidente puede negar la dignidad e independencia de un país para conseguir inversiones? No menos de la que ya había hecho antes, en la celebración del 9 de julio de 2015, Macri invitó al ex Rey Juan Carlos, hecho de por sí humillante. Frente al mundo habló como pidiéndole perdón por habernos independizado y que los héroes de la independencia habían sentido angustia por tener que independizarse ésto, dicho a los pocos meses de que el Ministro de Hacienda de su momento, Prat Gay pedía perdón por el manejo de Aerolíneas Argentina (vaciada y fundida por Iberia) deja un regusto a entrega y venta de la patria.

La línea de Mauricio Macri es esa: una argentina agro exportadora, totalmente dependiente de los países dominantes, sin industria, sin riquezas ya que toda, absolutamente toda, va a ser entregada a cambio de inversiones que nunca el país va a recibir.

DesdeLaPlaza.com/Nito Biassi

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