2015: De la economía informal al bachaqueo

Según los informes del  Instituto Nacional de Estadísticas (INE) al cierre del primer semestre del año 2014 la tasa de desocupación se ubicó en 7,8% – una de las más bajas en 20 años- en relación a la población activa. Es decir, personas mayores a 15 años se han integrado al mercado laboral.

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Esto refleja un decrecimiento permanente desde el año 1998, aunque tuvo un incremento entre los años 2002 y 2003, probablemente relacionado al paro petrolero y a los diversos sucesos políticos, sociales y económicos que tuvieron lugar en ese período de tiempo.

Por tanto la tasa de personas laboralmente ocupadas constituyen 92,9% es decir 12 millones 949 mil cuatrocientos setenta y nueve, lo que contempla dos tipos de sectores:

– La economía informal que es definida por el INE como aquella que “está constituida por todas las personas de 15 años y más, que declararon que laboran en empresas con menos de cinco personas (incluido el patrón), servicio doméstico, trabajadores por cuenta propia no profesionales (tales como vendedores, artesanos, conductores, pintores, carpinteros, buhoneros, etc.) y ayudantes familiares no remunerados y que trabajen 15 horas o más semanalmente”. Asimismo se consideran otras características como : que no se posea figura jurídica, que no tengan contabilidad y que no cuenten con registros que le generen obligaciones y derechos con el Estado por ejemplo: impuestos, aranceles, permisologías, entre otros.

– La economía formal se subdivide en el sector público, cuya dependencia de la población es del Estado (Ministerios, hospitales, escuelas, etc) y privado ésta última debe cumplir con requisitos como estar constituida por todas las personas de 15 años y más, que declararon laboran en compañías anónimas o empresas familiares o en organizaciones no lucrativas (iglesias, Scout, etc.).

La economía formal se ubicó en 59% obteniendo también un crecimiento exponencial desde el año de 1998 cuando la misma se ubicaba en 46%, pero aún sigue co existiendo un 41% de personas que obtienen sus ingresos producto de una economía informal en diversas profesiones como: choferes, taxistas, moto taxistas, trabajo desde el hogar, venta de comida, de ropa, donde ahora se ha sumado una nueva modalidad llamada por algunos economía de extracción, contrabando y el bachaqueo que se suman a los conocidos buhoneros, lo que da entender que es dentro del mismo sector de la economía informal que algunas personas han migrado a estas recientes prácticas más no así gente proveniente de la economía formal, todo lo contrario este sector sea por la vía privada o pública ha incorporado a más personas.

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Para el internacionalista Irwing de Los Rios, hay una marcada diferencia entre el contrabando, la economía de extracción, el buhonero y el bachaqueo explicando que el primer término se refiere a la entrada y salida de productos que no cumplen las normativas nacionales e internacionales establecidas en las relaciones comerciales entre países.

La economía de extracción –explica- es la salida por la vía ilegal de todos aquellos productos que se producen en Venezuela hacía otros países como la gasolina.

Por su parte, el bachaquero es quien juega al “arbitraje” con los productos de primera necesidad “es decir lo consigue a un costo que es económico por el control de precios y lo revende mucho más alto ganando un porcentaje o diferencia”.

De Los Rios, ve al bachaquero como aquel que distribuye esos productos a la expresión mínima que pueden ser los buhoneros quienes finalmente lo distribuyen al detal; una población que está dispuesta a pagar el precio ya que tiene una inmensa necesidad “el bachaquero es el que transporta, el que traslada la mercancía de ahí su nombre, que hace referencia al bachaco”.

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La reventa de divisas es tomado por algunos también como una manera de bacheaquear, lo mismo sucede con repuestos, cauchos y otros rubros.

Para el contador José Ibarra , militante del partido Patria Para Todos, Venezuela se ha convertido en el país del turista «desde el partido vemos que el cupo viajero no es un derecho como algunos quieren hacer ver, aquí mucha gente hace negocio con el cupo viajero y se convirtió en el país del turista, donde viajabas y regresabas con dólares los desvías al mercado negro y te embolsillas una cantidad exorbitante de dinero».

Estos expertos explican que existen posibles causas que son tanto producto de la guerra económica donde participan casas de cambios «fantasmas» en las fronteras para incidir en el precio del dólar y promover la fuga de capitales, productores y empresarios que desvían las divisas asignadas, cadenas de alimentación que extraen los productos así como los autores de Dólar Today, también hay una cuota de responsabilidad del gobierno.

Hacen referencia de esta forma a que se debe asumir responsablemente los puestos fronterizos y las autiridades que en ellos se disponen.  Coincide así al concluir que la principal causa de todo el problema es la ausencia de ética y de amor por el país.

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Ambos entrevistados comparten que el ingreso por la actividad es muy alto con una inversión de horas y dinero muy bajo.

En este sentido, el presidente de Data Análisis, Luis Vicente León señaló en una entrevista que con una inversión de 400 bolívares un bachaquero podría alcanzar un salario mínimo, sólo si lo hace una vez por semana, si ello se cuadruplica supera los 20mil bolívares por persona sin involucrar a algún miembro más de la familia.

Lo que también ocurre es la exoneración de compromisos con el Estado «la economía informal, el bachaqueo, el contrabando, la extracción no paga impuestos, aranceles, registros, ni servicios por funcionamiento, alquiler o algunas responsabilidad o compromiso salarial» agregaDe Los Rios.

La virtualidad ha empezado a jugar un papel también en la actividad «hay quienes utilizan las redes sociales y páginas web para promocionarse abiertamente, revenden los productos sin salir de su casa, también hay que meterle el ojo a ello» comenta Ibarra.

Ante esta situación y el atractivo lucrativo de la actividad el militante del PPT aboga porque el Estado invierta en una campaña de concientización, donde apele al amor al país y se explique bien los daños que la actividad hace a la economía, en la cual se incentive a la gente a no pagar más por los productos «también hay que tener mano de hierro, ha faltado mano de hierro».

Por su parte, De Los Rios llama a motivar la inversión en el sector formal con la flexibilización de pagos, aranceles y requisitos para conformar una compañía. «hay que facilitar los trámites para los empresarios, que sus compromisos económicos con el Estado empiecen ya una vez constituida la empresa, ya que en muchos casos pasa que en todos los procesos para constituirla se invierte mucho dinero y hay procesos que se hacen engorrosos, debe haber mayor facilidad en éste sentido para estimular a la gente a emprender y apegarse a la formalidad, que sea un atractivo estar en legalidad» señala.

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«Ahora es más difícil por el captahuellas»

José Luis (nombre ficticio) era guardia de seguridad, la flexibilidad de su trabajo le otorgaba dos días por cada día trabajado, ante lo cual aprovechaba para comprar productos para su consumo personal «cuando estaba en la cola me llamaban y me pedían algún producto al principio lo hacía como solidaridad» comenta.

Al quedarse sin trabajo y al ver la demanda entre sus conocidos se adentró en el bachaqueo «usualmente voy a los comercios del este, muy temprano en la mañana, hago dos o tres horas de cola, ahora se ha puesto más difícil por el captahuellas y la cédula, hay quien la falsifica, yo no hago eso».

Producto del bachaqueo José Luis viaja cada 15 días a una ciudad fronteriza donde vive su familia, a ellos les re vende y ellos a su vez lo pasan a Colombia donde al cambio de dólares a pesos y de pesos a bolívares se resuelven mucho más que un salario mínimo «ninguno de ellos trabajan, yo le llevo desde acá porque en el interior es mucho más difícil conseguir los productos, con esta actividad pago el pasaje y mis gastos en Caracas» explica.

«Éste gobierno no quiere que uno haga plata»

Andrés (nombre ficticio) tiene un trabajo formal, además  juega al arbitraje con las divisas él compraba cupos electrónicos, también tenía lo que llaman «conejos» (grupo de personas que se llevan en un viaje a raspar el cupo viajero) «pero éste gobierno no quiere que uno haga plata, le pone las trabas a uno, ahora redujeron el cupo viajero y sólo para tarjetas de la banca pública así no es tan rentable y el cupo electrónico no pasa, ese cupo es un derecho de los venezolanos quienes debemos decidir que o no hacer con él. Hay personas que se llevan paquetes de tarjetas de acá y no ponen a viajar a la gente por los costos de los pasajes y lo difícil que es conseguirlos, pero es un riesgo, los controles se ha fortalecido, por eso migre a la compra y venta me gano de 2 a 5 punto por transacción, alrededor de 60 mil mensual, eso me da para la tarjetas y la rumbita».

Andrés ha pensado en irse del país, pero no esta dispuesto a trabajar tanto. «Lo he pensado pero aquí tengo un horario cómodo en la oficina y por revender sin esfuerzo alguno me hago mis reales, que va trabajar 12 horas en otro país no es para mi, aquí tengo la rumbita, la playa, y la inflación no me afecta por ese segundo frente así que igual sigo visitando restaurantes y saliendo».

Él también explica otra modalidad que esta aflorando «hay amigos que se van 3 o 6 meses trabajan afuera, sacan también Cadivi y son unos mal vivientes en el extranjero, al retornar cambian y pueden estar fácilmente de 6 meses a 1 año sin trabajar, esperando volver a viajar» explica.

También está el que comercializa con las medicinas como Victor, quien trabaja en el almacén de la farmacia de un seguro, pero también recorre las farmacias de Caracas en busca de productos como acetaminofén, bacitricina, loratadine, glucofaje, eutirox y antibióticos, los encargados del área ya lo conocen, pero no disponen de mecanismos legales para no venderle «por mencionarte algunos, busco lo que están regulados así como la leche infantil, yo ayudo a la personas a tener acceso a ellas, no me llamaría bachaquero, creo que soy más como un mensajero, cobro por encontrarlas y llevarlas, soy como un trabajador social» explica.

Lo cierto es que a pesar de los altos precios que le colocan los bachaqueros a los productos la población los continúa pagando, ante este fenómeno el militante del PPT y contador José Ibarra concluye que la única respuesta ante ello es que existe liquidez en la población, es decir, hay una gran cantidad de dinero circulando en el país proveniente en muchos casos de  la capacidad de endeudamiento otorgado por créditos personales, cajas de ahorro y tarjetas de crédito que permiten a las personas pagar el sobre precio, por lo cual recomienda no endeudarse pues se corre el riesgo de finalmente no tener la capacidad de pago para cancelar las deudas.

Como solución final reitera «si no hay gente que este dispuesta a pagar el sobre precio disminuirán los bachaqueros. El consejo es que no caigan en la compra de productos de manos del sector especulativos».

Desde La Plaza.com /Maria Caldera