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Hoy Iglesia Católica celebra la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes

Cada 11 de febrero la comunidad católica celebra la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, quien en una de sus apariciones le dijo a Bernadette: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo».

Era el 11 de febrero de 1858, Bernadette Soubirous, de 14 años, su hermana Marie Toinete, de 11 y su amiga  Jeanne Abadie, de 12 salieron de su casa en Lourdes, Francia,  para recoger leña. Camino al río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernadette escuchó un murmullo y divisó la figura de una joven vestida de túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se acercó y comenzaron a rezar juntas, para luego desaparecer.

Gruta de Nuestra Senora de Lourdes

Por un período de cinco meses, la Virgen se le apareció a la niña, en medio de multitudes que se acercaban para rezar y poder observar a la hermosa señora, pero la Virgen sólo se le aparecía a la niña. En reiteradas ocasiones, Bernadette fue víctima de desprecios y burlas por parte de las autoridades eclesiales y civiles de pueblo, pero la niña se mantuvo firme en su fe mariana sobre todo en el especial pedido que la Virgen le había encargado: la construcción de una capilla sobre la gruta y la realización de una procesión.

El 16 de julio se produjo la última aparición. Bernadette  sintió la misteriosa llamada y al llegar a la gruta se dio cuenta que estaba vallada y no se podía pasar. Se dirige entonces al otro lado, enfrente de la gruta, y vio a la Madre de Dios. «Me pareció que estaba delante de la gruta, a la misma distancia que las otras veces, no veía más que a la Virgen. ¡Jamás la había visto tan bella!».

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Bernadette ingresó a la orden religiosa de las hermanas enfermeras, a la edad de 22 años, y permaneció allí hasta su muerte a los 34 años de edad.

Algunos consideran que la aparición de Nuestra Señora de Lourdes es un agradecimiento del cielo por el dogma de la Inmaculada Concepción y es exaltación a las virtudes de pobreza y humildad como la que tenía la pequeña Bernardita.

Asimismo afirman que es un llamado a aceptar la cruz para ser felices en la otra vida, la importancia de la oración, del Santo Rosario y la penitencia con una misericordia infinita por los pecadores y los enfermos.

El agua de la gruta ha sido analizada por químicos, quienes señalaron que es un agua virgen, pura, natural, sin propiedad térmica y en la que ninguna bacteria sobrevive. Para los cristianos esto es símbolo de la Inmaculada Concepción.

DesdeLaPlaza.com/ACIPRENSA/COM

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