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Conoce más sobre quién fue la joven Caneo Arguinzones

Desde que se conoció la muerte de la joven poeta Caneo Arguinzones, quienes seguían su obra, han dejado conocer el pesar por la muerte de la talentosa venezolana, a través de los propios versos que nos dejo. 

Algunos de sus poemas:

 

https://www.youtube.com/watch?v=_Ba3suJtusc

Jaula vespertina

Desciendo por esta válvula giratoria
que traga y proyecta luz a distancia.

Contagio de pesadumbre este lánguido túnel que surca mi aliento,
burbujea así la aurora enmarcada.

Postrada sobre el tubo agito espalda y plumas,
lucha versada, inverosímil y caótica,
conciencia que llama y llamea opulenta de fe.

Mañana despediré a mi crío de ojos nublados
el beso biforme de ambos reflejos fungirá un ardor, sublime, nocturno, divorciado.

Cálida biblioteca enmarca mi nido,
el mutismo
y la hora precisa de opacarme.

Puño

Es de carne mi conciencia
y palpita a cada latigazocon más intensidad.
La hinchazónle da fruto al dolor
que emana su intenso color mora.
Va sangrando,está herido el semblante de
mi tierna carne
Se están escondiendo las miradas
pero los puños aun perturban a gritos el silencio
mientras…tan nítida como el aguala carcomida esperanza se me oculta.
Está desapareciendo mi rostro
porque la crisis a punteos melodiosos
va suavizando la angustiava acariciando la llaga brotada
de tantas cicatrices,es la amarga piel lacerada,mi carne.
Corrompida conciencia que no me explica los sucesos.

Vestido

De modo que vestirme de mi madre,
va dejando pacientes pechos
carnosos, una piel endulzada de espasmos,
y el hallazgo de mi rostro.
Puedo cortejarla, pretender procrear de ella una miseria estreñida,
honda, crearme de la nada.
Marcado en tajos de aliento, y de fe, viene apresurado el hilo que
teje piel y carne, hija y madre.
El ceño se frunce, forja una cáscara mientras se adhiere y descansa,
aveces deshecha.
La textura de mi magro carácter, una concha materna y añeja.

De Virgen y bestia.

Soledad virgen que vuelves preñada.
Madre pudorosa
corres con lascivas cadencias
las miradas infantes
anidadas en el tórax común.
Parásita madre que padece tristeza y fuga de suplicas
sublevas la sangre acanalada,
denotas la continuidad de las horas.
Besas al infante en su sexo y pululas
– sin mirar a los ojos –
con todos aquellos pajarracos que silvan el gruñir del supremo.
Ya no hay noches ni cobres que enjaulen tu desdén.
Esculpida de piel y arañazos,
es la mueca,
la culpable de las felaciones
de quien llevas en brazos.
Acústica y propensa a la
Distancia
Distancia
Distancia
Tu voz consagra la dulzura de un no nato sagrado
y el verdor de los escrúpulos humanos.

De Dios bestia.

Conservo un altar domestico.

Me encariño con la bestia

hasta predecir la aparición de la ponzoña.

Criadero de larvas

Sacudes tu cola alentándome

Con mandíbulas,

prensas la confianza de mi parásita postura .

Saturada, escarbo dentro del pelaje

Saciada de espíritu

preguntando al espacio

A qué animal pertenezco

Se sacude

 

Desde La Plaza / JT

 

 

 

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