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Crimen y castigo, de la Rusia zarista para el mundo

Cuando uno observa la preponderancia que tanto en el cine como en la programación televisiva tienen los dramas psicológicos y policiales, uno cae en cuenta que Fiódor Dostoievski con su novela Crimen y castigo, es una de las fuentes históricas más importantes de uno de los tipos de ficción más valorados por la opinión pública contemporánea.

Esta novela escrita en 1866, es hoy un clásico de la literatura universal, uno de los aportes más importante de las letras rusas a la cultura, junto a Guerra y Paz de León Tolstói, constituye una de las obras más influyentes.

Crimen y castigo narra el drama del joven estudiante Rodión Raskólnikov, quien con escasos recursos apenas podía subsistir en la aristocrática San Petersburgo de mediados del siglo XIX. Motivado por su penosa situación tanto familiar como individual, el protagonista del relato trata de llevar a cabo un robo, pero al hacerlo asesina a dos personas.

La novela se desarrolla en torno a las investigaciones policiales, los dilemas éticos y morales tanto de Raskólnikov como de sus seres queridos, el amor de éste por Sonia, sus angustias, sus desequilibrios psicológicos, hasta finalmente su entrega a la justicia, su presidio y redención. Es una narración trágica con mucho drama, que mantiene en suspenso y tensión permanente al lector.

Es una obra llena de polifonía en el sentido expresado por Bajtín, ya que Dostoievski no aspira a brindar una visión unidimensional de los problemas centrales planteados en la narración, va más allá, describe las situaciones desde varios ángulos, los puntos de vista contrapuestos se desarrollan con libertad, aún cuando la ética del libre albedrío y la redención cristiana atraviesan la novela.

Crimen y castigo bosqueja magistralmente el contexto social ruso del momento, las profundas desigualdades sociales, la pobreza, de alguna forma prefigura las convulsiones sociales que unas décadas posteriores darían al traste con el orden absolutista del zarismo. Sin duda, en el texto se contemplan algunas críticas a las lógicas presentes en la sociedad moderna.

De igual forma, en esta obra a través de Raskólnikov se desarrolla todo un debate en torno y más allá de la ética y la moral, donde destacan posiciones nihilistas e individualistas que anteceden e inspiran los planteamientos del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Otros analistas han considerado Crimen y castigo como un antecedente de la filosofía existencialista.

Debe resaltarse que de esta novela se han realizado 19 versiones cinematográficas, desde 1909 hasta el 2007, entre las que destacan dos dirigidas por Woody Allen. Esto demuestra que esta narración de Dostoievski constituye un ícono de la cultura contemporánea.

De más está decir que esta novela hay que leerla.

DesdeLaPlaza.com/Luis R Delgado J / @LuisRDelgadoJ

 

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