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Detenido por eyacular en el café de una compañera de trabajo que le gustaba

John R. Lind, así se llama un «cremoso seductor» de Minnesota, admitió que «repartió su cariño» en varias ocasiones en el café y en el escritorio de su compañera. La razón de peso: quería llamar su atención a toda costa.

No valían unas flores, una caja de bombones o una declaración de amor en público, es mucho mejor poner perdida una mesa y decorar una taza con… (nos ahorramos el final de la frase no vaya a dañar la sensibilidad de algún lector) para conquistar a la linda fémina. Lo que tienen algunos dentro de su cabeza no lo descifra Sigmund Freud ni en mil sesiones de psicoanálisis.

El caso es que la chica, una mañana notó una extraña sustancia en su puesto de trabajo y lo comentó a sus jefes. Estos se pusieron en contacto con la policía, que al analizar el «líquido» descubrieron con sorpresa que era semen. Tras unas pesquisas y toma de declaraciones a varios empleados, cazaron al  «cremoso Lind» que confesó sus andanzas inquieto como un párroco en un burdel.

Dentro del testimonio de la joven, la muchacha también indicó a los agentes que varias veces notó un sabor muy raro en su café, que atribuyó a leche caducada. ¡¡Solo de pensarlo se me revuelve el estómago!!

«Mr. Milk» se enfrenta ahora a dos cargos por conducta sexual criminal que le pueden costar un año entre rejas y una multa de unos 3.000 euros. Seguro que a partir de ahora controla más su  «manga pastelera«, el cochino.

Desde la Plaza/20 Minutos/AMH

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