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Las boas que invadieron Aruba camufladas en los carros

Durante mucho tiempo nadie podía entender cómo las boas .Después se dieron cuenta de que las culebras viajaban fácilmente escondidas dentro de los capós de los carros.

Este podrá ser el sueño turístico del Caribe pero donde estoy parado ahora mismo, no hay ni ron ni sillas para tomar el sol a la vista.
Cáctus, matorrales marrones, inmensas rocas y extrañas y asustadizas cabras es todo lo que me rodea en este árido paisaje que se asemeja al norte de Australia.

El hecho de que las serpientes -boas para ser precisos-, según Robert, mi guía, estén absolutamente por todas partes aquí en el Parque Nacional de Arikok de Aruba, sólo profundiza la sensación de que este no es un descanso en una playa paradisiaca.

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De hecho, estoy en una isla salvaje, con una especie mortal mucho más invasora que la gran cantidad de pasajeros de cruceros que circundan por las innumerables tiendas libres de impuestos, en la capital Oranjestad.

Eran mascotas

«Alguien, allá por los años 90, tenía unas boas como mascotas», dice Robert mientras continuamos caminando por el parque, bajo el insistente sol caribeño. «Probablemente no podían darse el lujo de darles de comer. Las boas adultas necesitan pollos vivos y cosas así. Esta persona simplemente las liberó y parece que les encanta Aruba porque están floreciendo aquí».

Con boas dando a luz 30 a 50 bebés al año, no tomó mucho tiempo para que las serpientes se multiplicasen a un ritmo vertiginoso, con efectos devastadores para la avifauna de la isla.

Algunos cálculos indican que alrededor de 17.000 aves son devoradas por las serpientes cada año. Pero lo que nadie podía entender hasta hace poco es cómo las boas estaban llegando con tanta rapidez a los rincones más lejanos de Aruba.

Resulta que estas criaturas han encontrado una manera simple pero eficaz para recorrer la isla: «hacen autostop». «Les encanta lo caliente que son los motores de los autos», me explica Robert. «Así que se suben en ellos y terminan siendo trasladadas por toda la isla».

La solución que algunos guardaparques encontraron para enfrentar el problema fue anunciar esporádicos días de caza de culebras.

DesdeLaPlaza.com/BBC/AMH

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