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Reconquistar el hábito de la lectura (II)

Una de nuestras preocupaciones actuales es la de tener buenos hábitos que nos garanticen una vida más sana. Comer balanceado, hacer ejercicio, dormir ocho horas, tomar suficiente agua, bajar el consumo de sal y azúcar, evitar los vicios del alcohol y el cigarrillo. Pero, ¿no es la lectura uno de esos hábitos saludables que nos ayudan a tener una vida mejor? ¡Claro que sí! Sin embargo, de eso se habla poco.

Leer por placer debe tomar un lugar protagónico en nuestras vidas. Despierta nuestra imaginación, nos enseña, nos ayuda con la ortografía, nos abre las puertas a mundos desconocidos, nos hace vibrar, sentir y soñar. Leer por placer es sin duda una de las maneras de tener una vida plena.

Llevar siempre un libro a la mano propicia el hábito de la lectura

Ahora bien, para quienes no tienen ese hábito ¿cómo cultivarlo? Primero, hay que tener la voluntad de hacerlo. Decía la semana pasada que querer es poder, así que si quieren leer, sólo deben poner manos a la obra. Así como con el ejercicio físico (por ejemplo, ir al gimnasio), un hábito se adquiere con la práctica. Con la lectura es igual. Si bien es cierto que requiere tiempo y concentración, comenzar poco a poco (y paso a paso) es una buena manera de reencontrarse con el libro como herramienta liberadora del pensamiento.

El libro como objeto tiene muchas virtudes. Entre ellas, es que no requiere de cargadores ni baterías. A la hora que sea y en el lugar que sea, el libro está allí para ser leído. Así que siempre llevar consigo un libro es un buen pretexto para abordarlo en cualquier momento. Un breve paréntesis es propicio: en la sala de espera de un consultorio médico, en la ruta del transporte público, a la hora del almuerzo, mientras se espera el turno en una agencia bancaria. Cualquier momento de reposo antes de alguna tarea es un buen momento para dedicarle unos minutos a la lectura. Por eso, comenzar con un libro breve y de sencillo abordaje, pudiera resultar óptimo para los primeros intentos de reconquistar el hábito.

Unirse a un círulo de lectura también es una buena estrategia

Como bien sabemos, son muchos los géneros literarios e infinitos los temas tratados en los libros. Tal vez el primer libro elegido no resulta de tanto agrado, pero siempre se puede seguir intentando. Ya cuando identificamos cuál es el tema de preferencia y el género que despierta en nosotros mayor motivación (poesía, narrativa, ensayo, investigación) lo demás es pan comido.

Es importante liberarse de culpas. Si al primer intento, sienten cansancio en pocos minutos, más tarde o al día siguiente volverán a encontrarse con la oportunidad de seguir leyendo. Si se tiene el propósito, la ocasión nunca habrá de faltar. Tarde o temprano correrán con la suerte de encontrarse con un libro que los atrape, que los abstraiga del mundo exterior. A ese libro no lo soltarán hasta haberlo terminado y se despertarán sus ganas de escoger un nuevo título para seguir con la rutina.

Los consejos para retomar o adquirir el hábito de la lectura son recurrentes: limitar el tiempo frente al televisor, dedicarle unos minutos al libro antes de dormir, elegir libros cortos, pensar en los beneficios de leer por placer, definir el momento más adecuado, visitar ferias de libros y librerías, intercambiar libros con familiares y amigos, elegir el lugar más propicio para leer, ligar el hábito con ciertas fases de la rutina diaria (después de la comida, después de bañarse, antes de salir al trabajo, entre otros), despegarse del teléfono celular, evitar distracciones externas, leer en voz alta o leerle a algún ser querido, unirse a un círculo de lectura, pedir recomendaciones a libreros o libreras, rodearse de gente amante de la lectura, etc.

Sin embargo, el mejor consejo (en mi opinión) es el de tomar la decisión. Sincerarse con ustedes mismos y decir con la frente en alto: A partir de hoy voy a leer porque sé que es importante para mi vida, porque sé que es divertido, porque sé que me traerá muchos beneficios, porque quiero ser una mejor persona, porque quiero tener más temas de conversación, porque quiero hablar y escribir mejor, porque quiero ampliar mis horizontes, porque quiero dejar de ser esclavo (o esclava) de los aparatos electrónicos.

Ya con la decisión tomada y reorganizando nuestras rutinas para darle un lugar protagónico a la lectura, lo demás llega solo.

Hagan la prueba, porque con el hábito de la lectura es imposible salir perdiendo.

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DesdeLaPlaza.com/Gipsy Gastello

@GipsyGastello

 

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