Igualdad de género

A propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, este año bajo el lema “por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género”, es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios, celebrar la valentía y la determinación de mujeres que han jugado un papel clave en la historia de sus países.

Aún siguen invisibilizadas algunas, porque el mundo que transitamos tiene raíces machistas que buscan opacar la grandeza de la mujer en la esfera social, cultural y política.

Sin embargo para poder hablar de igualdad de género debemos saber diferenciar los términos “sexo” y “género”, el primero hace referencia a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, y el segundo describe las funciones, derechos y responsabilidades establecidas por la sociedad y que las comunidades y sociedades consideran apropiados para hombres y mujeres.

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Cada cual ha nacido con su sexo, masculino o femenino, pero ser niñas, niños, mujeres y hombres es algo que aprendemos de nuestras familias y sociedades. Al tratarse de una elaboración social, el género es un concepto muy difuso. No sólo cambia con el tiempo, sino también de una cultura a otra y entre los diversos grupos dentro de una misma cultura.

Así pues, los papeles asignados en función del género, las desigualdades y los desequilibrios de poder no son un resultado natural de las diferencias biológicas, sino que vienen determinados por los sistemas y culturas en los que vivimos. Eso significa que podemos abordar estos papeles y contribuir a cambiarlos desafiando el statu quo y persiguiendo un cambio social.

En la actualidad, el rol de la mujer vas más allá de ser madre, esposa y ama de casa. Mujeres que asumen grandes desafíos desde la presidencia de un país hasta desafiar las tradiciones, culturas y religiones en Estados que aun invisibilizan a la mujer. Vemos como el empoderamiento les permite incursionar en otros escenarios de los ya contemplados en los estereotipos sociales. Las razones son diversas: libertad, estudiar, independencia económica, valorización individual, decidir tener o no pareja y derecho a su sexualidad.

Es por esto la importancia de la igualdad de género que permite a las mujeres tener el mismo acceso, trato y oportunidad de gozar de derecho a la educación, al empleo, a la salud, a la asociación ciudadana, a la participación política y a su escogencia de pareja y maternidad. Es decir a gozar de las condiciones para el desarrollo y ejercicio pleno de sus capacidades.

Para que la igualdad sea posible se requiere implementar nuevas políticas públicas, cambiar las ya existentes introduciendo criterios de equidad que equilibren las desigualdades entre mujeres y hombres así como entre los propios grupos de mujeres y de hombres.

DesdeLaPlaza.com /Rina Morales Mera – Orientadora en Sexología – @Rinamoralesmera