Leche materna: néctar de vida

Madre amamantando

Sin duda, la leche materna es el mejor alimento que puede recibir un bebé desde el momento de su nacimiento. Sus vitaminas y proteínas y, en especial, la propiedad del amor que contiene, la hace ser el alimento rico que suple todas las necesidades del bebé.

La leche materna, al igual que cientos de procesos evolutivos, cambia de acuerdo con las necesidades fisiológicas del niño. Según Margarita María Crespo, experta en lactancia, la primera leche o calostro es un líquido considerado como la primera vacuna natural para el menor, debido a las inmunoglobulinas o anticuerpos que tiene, y que fortalecerán las defensas del recién nacido.

El calostro contiene altos niveles de proteínas y carbohidratos que ayudarán a mantener al recién nacido saludable. Se estima que esta leche dorada y denominada por algunos expertos como el ‘oro líquido’ debido a su alto nivel nutritivo, dura entre dos y cinco días luego del nacimiento del bebé.

Sin embargo, los estudios indican que la leche que produce una madre para un bebé prematuro es diferente a la leche que produce una madre con un bebé que ha nacido a término, debido a que cambian las concentraciones proteicas y sus capacidades nutricionales.

También se ha comprobado que las mujeres que viven en climas cálidos producen una leche con una concentración diferente de agua, para hidratar al niño de acuerdo con sus necesidades.

Entre tanto, cuando una mujer está lactando y queda en embarazo, esta leche cambia en cuanto a sus hidratos de carbono, sus proteínas, su sabor y su consistencia.

Lo más importante es que la madre tenga una nutrición balanceada y saludable, para aportar los nutrientes adecuados para el desarrollo del bebé.

En cuanto a las mujeres que están acostumbradas a una práctica deportiva, una vez sea superada la dieta de los 40 días posteriores al parto, se sugiere que la actividad sea retomada con moderación y que la madre se hidrate muy bien para que su cuerpo siga produciendo leche. El sabor de esta puede cambiar, por el ácido láctico que se libera al hacer una práctica deportiva.

Frente a los mitos de que alimentos como la stevia o el perejil disminuyen y cambian la producción de leche, la pediatra experta en lactancia materna, Carolina Ramírez, asegura que no es cierto. “El único inhibidor para que la leche no se produzca de manera adecuada es que el bebé deje de succionar”, asegura la especialista.

La leche materna sí cambia en cuanto a sus propiedades, pero nunca dejará de ser la leche ideal para el bebé.

 

Desde la Plaza/ El Tiempo / AMH