Mamey: Fruta de los Dioses, conoce sus bondades

Por fuera, el mamey no da indicios del bello color anaranjado que guarda en su interior, ni de la especial textura de su pulpa. Esta fruta, a pesar de su tímida apariencia, es muy apreciada por quienes la conocen.

Botánicamente, el mamey se identifica como Mammea americana L y es de la familia Clusiaceae. Crece en un árbol que se cultiva en regiones tropicales. De la planta no sólo se aprovecha su fruta de intenso sabor, sino también la madera, resistente y bonita, y la apariencia ornamental del árbol, que puede superar incluso los veinte metros de altura y que, con sus hojas de color verde brillante, y su follaje denso, se planta alrededor de viviendas en los parques y a lo largo de los caminos y carreteras.

El mamey es oriundo de América, más específicamente de las Antillas. Según documentación de los colonizadores, la fruta se encontraba en Jamaica, República Dominicana, Puerto Rico y las Antillas Menores. Es probable que su cultivo se extendiera por iniciativa de los indígenas arawak. En la actualidad, es bastante común en América Central y en el norte de América del Sur.

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El historiador Gonzálo Fernández de Oviedo, en su Historia General y Natural de las Indias, Libro Octavo, Capítulo XX, escribió: «Mamey es uno de los más hermosos árboles que puede haber en el mundo, porque son grandes árboles e de muchas ramas e hermosas e frescas hojas, e de lindo verdor, e copados, e de buen gracia». Y continúa: «Esta fruta es en olor y sabor fruta de reyes, y en color y a la vista no mucho menos podremos dar alguna semejanza comparándola en algo a alguna de las de Castilla, y ésta es a los melocotones» (s.i.c.).

Según la región del continente, al mamey se le conoce con varios nombres, como mamey de Santo Domingo, mamey amarillo, mamey de Cartagena, mata serrano y zapote mamey.

En otros idiomas también tiene varios nombres. En inglés se le conoce como mammee, mammee apple, Saint Domingo apricot y South American apricot. En portugués, abricote, abricó do Pará, abricó selvagem, o pecego de São Domingos. En francés, abricot d’ Amerique, abricot des Antilles, abricot pays,abricot de Saint-Dominque o abricotier sauvage.

El sabor del mamey ha sido comparado con el del albaricoque. Tradicionalmente, se come fresco o en conservas, aunque algunos chefs, especialmente aquellos que buscan difundir los sabores autóctonos, han logrado crear con ellos platos particulares. Así ocurre, por ejemplo, existen restaurantes en Caracas, donde lo sirven en mousse, ensalada y verde, en ceviche, tal como se hace recientemente con el mango verde.

Bondades del fruto:

Esta fruta, además de ser maravillosa para hacer licuados, helados y un sinfín de postres, es muy sana. Es rico en hierro y fósforo, ambos minerales esenciales para la correcta nutrición de nuestro cuerpo.

Por si fuera poco, el mamey tiene un alto contenido de vitamina A, fundamental en cuanto a la formación y mantenimiento de la piel, el pelo y las membranas de las mucosas. Entre sus beneficios están que promueve el crecimiento de los huesos, y ayuda a tener una vista sana.

Además contiene altas cantidades de vitamina C, nutrimento de efectos antioxidantes, lo que lo hace fundamental para la cicatrización, formación del colágeno y reparación de cartílagos, huesos y dientes.

Su característico color anaranjado es gracias la gran cantidad de carotenos que contiene, estos poderosos antioxidantes son esenciales para nuestra salud ya que protegen las células y mejoran el sistema inmune del cuerpo humano.

Anteriormente este fruto tenía muchos usos además del culinario;sus semillas, hechas polvo junto con otras partes del árbol y fruto, se usaban como insecticida natural, que se utlizaba especialmente para eliminar garrapatas.

Respecto a la medicina tradicional, el mamey se usaba para eliminar la diarrea y tratar problemas digestivos en general, así infecciones en los ojos y en el cuero cabelludo.

Para disfrutarlo lo mejor es comerlo cuando es su temporada, que empieza en febrero y termina las primeras semanas de julio. Una forma rica para incluirlo en la dieta es en licuados, ya que gracias a su textura proporciona a una untuosidad única pero también funciona genial en postres como el mousse cuya receta les compartimos.

Mousse de mamey

  • 2 mameyes
  • 1 taza de crema para batir
  • 100 gramos de queso crema
  • 40 gramos de azúcar

Batir la crema hasta que se formen picos firmes.

En la licuadora poner el mamey, el queso crema y el azúcar, de ser necesario pueden agregar un chorrito de leche para que la licuadora agarre bien todos los ingredientes.

En un recipiente mezclar la mitad de la crema con la mezcla del mamey de manera envolvente para no perder la consistencia, una vez que este bien incorporado agregar el resto de la crema. Es importante que lo hagan en dos partes así la consistencia quedará como la deseamos.

Refrigerar por lo menos por 30 minutos antes de servirlo.

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