¡Café calienteeeeee! Un grito arraigado en el sentir del pueblo venezolano

Para un visitante, tomarse un café en Caracas es una odisea. Y es que las venezolanas y los venezolanos, no sólo tomamos café desde el siglo 17 cuando comenzó a sembrarse en los valles de Aragua, sino que, con el pasar del tiempo hemos matizado su preparación al punto que cada cual tiene un punto personalísimo.

La vaina es tan complicada que cada local ofrece un “menú” de opciones… y no es una exageración.

En cualquier lugar del mundo la gente pide un café (y te lo dan negro) o un cortado (que lleva leche) Acá no es así…

Ver además: Venezolano que no conoce estos tipos de café es un ser incompleto (+Infografía)

Negro, negrito, negro corto, negro grande, cerrero, guayoyo, carga’o, carajillo, guarapo, expreso, con leche, tetero, marrón, marrón claro, marrón oscuro, envenena’o. Largo, corto, doble… Se necesita un manual para que la vaina termine siendo lo que usted desea tomar.

Hay quienes construyen variaciones del café, que sólo aquel que lo prepara es capaz de traducir (aunque en realidad pienso que lo preparan como les salga): “Señor me vende un marrón claro, corto, tibio”.

El café de la Plaza Bolívar

Para cada paladar existe un tipo de café y quienes lo preparan y lo venden en panaderías, restaurantes, cafés o ambulantes, son maestros en el arte de complacer a los comensales.

Daniel es uno de ellos. Aunque si usted pregunta por Daniel en los alrededores de la Plaza Bolívar de Caracas seguramente nadie sabrá decirle quién es. Mejor pregunte por “Café Caliente”. Es su grito de guerra, su marca personal para anunciarse y ofrecer la bebida.

Una voz nasal que retumba en las 4 esquinas de la plaza:

¡¡¡Bueno, bueno!!! ¡¡¡Llegó el café calienteeeee!!!

Él, es un rumor que recorre el casco histórico de la capital. A bordo de una bicicleta de reparto.

Café Caliente visita los establecimientos comerciales, puerta por puerta, y se detiene en las calles empedradas a cantar mientras sirve el café.

Improvisa siempre. Es un juglar que ha hecho del café su modo de vida.

Lleva 8 termos en el cajón de la bicicleta y con ellos es capaz de preparar una variedad de café hasta a los más exigentes.

El café da pa’ todo

Los argentinos, uruguayos y paraguayos toman Mate, los ingleses Té, para los suizos Chocolate; pero nosotros en esta orilla del Caribe preferimos el Café.

El café bien caliente –dicen en la Maracaibo de 37 grados centígrados– quita el calor abrazador de la llamada de la tierra del sol amada.

Hay quienes aseguran que calma el dolor de cabeza.

Existe la práctica generalizada en poblaciones rurales de colocar café en polvo en las heridas para detener el flujo de sangre, aunque algunos médicos condenen esa práctica.

Si hay que pasar despierto toda la noche estudiando para un examen “hay que llenar un termo de café”, recordó Guillermo quien aún no termina la universidad.

Algunos artistas pintan utilizando como pigmento los residuos de este grano. Y los poetas no dejan de inspirarse en los ojos color café.

En la pequeña Venecia, las visitas se reciben con café. La bienvenida y la despedida se sella con el tinto. Así, cuando fallece un ser querido, hacemos rondas de café.

Consumo

Se estima que en la Venezuela de casi 30 millones de habitantes, el consumo per capita de café es de unos dos kilos al año.

Es tan importante la bebida que forma parte de la cesta básica y está regulado su precio en 46 Bs el kilo.

El café está en salas, parques, teatros, no distingue clases sociales.

El presidente Hugo Chávez, por ejemplo, tomaba café todo el tiempo aún cuando los médicos le llamaban la atención.

El presidente Chávez toma su café a diario, a pesar de los regaños médicos.

Hecho en Venezuela

Siendo el café un rubro estratégico, que el gobierno adquirió la Corporación Venezolana del Café (http://www.encafe.com.ve) que produce las marcas: Madrid, Peñón y Aroma.

Adicionalmente se producen –por parte del Estado- las marcas Fama de América y Venezuela.

Café Venezuela, por ejemplo, es una empresa de propiedad social, que sólo durante 2012, produjo 981,76 toneladas. Un 100% más, que el año 2010.

A los pies de Bolívar

La tradición venezolana de tomar café, solo o acompañado, encontró sitio en la reconstrucción integral de la Caracas bolivariana. Uno de los Café Venezuela más concurridos se encuentra en la esquina de Gradillas, justo al bajar de la Plaza Bolívar, “donde a diario acuden mil personas aproximadamente”, reseña la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

Este es el café Venezuela de la Plaza Bolívar.

Así que en los establecimientos o ante los vendedores ambulantes, las caraqueñas y los caraqueños aprecian un buen café y aunque muchos prefieren sentarse en una mesa, otros esperan que por una esquina retumbe el grito de ¡¡¡Café calienteeeeee!!! para compartir una tacita junto a Bolívar.

DesdeLaPlaza / Ernesto J. Navarro