Josep Maria Bartomeu gana presidencia del Barca con 54,63% de votos

Laporta fue segundo con el 33,03 por ciento de los votos. Más lejos, Benedito contó con el 7,17% de los votos y Toni Freixa, último con el 3,70%. Hubo 47.080 de votos válidos.

Josep Maria Bartomeu es el nuevo presidente del FC Barcelona durante los próximos seis años tras vencer claramente en las elecciones. El Triplete, el Tridente aplastaron el intento de revolución de cartón piedra de un Joan Laporta al que le ha faltado tiempo y proyecto. El ex presidente se quedó a 10.200 votos del vencedor y ni sumando los de Agustí Benedito, tercer clasificado con 3.386 y Toni Freixa, cuarto con 1750 hubiera logrado descabalgar al último presidente.

La masa social del Barcelona ha apostado por el continuismo que representa Bartomeu, la cara amable de Rosell, pero si consideramos la aritmética de los votos, se podrá comprobar que el club sigue partido. Seguramente, es atávico este distanciamiento, pero no parece que el resultado de estas elecciones haya de servir para superar los famosos ‘ismos’ que separan en trincheras a los socios del Barcelona.

Precisamente, ahí es donde está el reto más importante del nuevo presidente, investido ya con toda la legitimidad. Muy por encima de solventar la incomodidad del patrocinio de Qatar; de mantener al club en una tibieza soberanista ante los tiempos que corren; de poner las bases del futuro Camp Nou y de rejuvenecer una plantilla de ensueño que dentro de seis años estará ya mayor, el gran desafío de Bartomeu es la paz social.

Tiene el nuevo presidente una oportunidad  para ser generoso con los perdedores y llevar este pacto que reclama el barcelonismo más allá de las palabras trasladándolo a los hechos. La paz social es el gran reto.

Bartomeu fue el incontestable vencedor de unas elecciones en las que la participación se quedó en un 43,12 %. Y lo hizo teniendo todo el viento a favor. Un Triplete, un equipo de ensueño, dos fichajes de campanillas en período preelectoral y la aquiescencia del sector más oficialista del club, que se podría resumir en el papel de las peñas y de los socios más veteranos, claramente favorables a su gestión.

Pero aún así, muchos de sus consocios se alinearon en su contra porque se sienten agraviados por la actuación de la junta en los últimos cinco años, que ha sido tan exitosa en el campo como tortuosa en los juzgados.

Esta es la gran oportunidad de Bartomeu. Actuar para que un periodo fundamental de la historia del club sea un lugar de reencuentro y no de trincheras. Tiene a su favor que los cimientos de cualquier proyecto deportivo los tiene más que sólidos. Preside un club dominante con una salud de hierro sobre el terreno de juego, pero amenaza de aluminosis en el encofrado social.

DesdeLaPlaza.com/As.com/MB

 

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