¿Te provoca una fría? Te explicamos cómo hacer tu propia cerveza artesanal

Polar, Regional, Solera, Zulia, estos son algunos de los nombres de las bebidas espirituosas preferidas por todos los venezolanos, las cervezas. Sí, esas que bien frías sirven para refrescarnos del calor y que en grandes cantidades hacen que hasta el que tiene dos pies izquierdos sea el rey de la pista.

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Pero acaso sabes cómo hacen para que esa botellita o lata de aluminio llegue a tus manos para alegrarte el día.

Todos sabemos que el ingrediente principal es la cebada, sí la misma de la canción de la infancia “arepita de cebaba pa’ papá que no da nada”, pero que otros insumos se necesitan para elaborarla.

En DesdeLaPlaza.com te explicamos paso por paso cómo hacer tu birra artesanal, lo mejor de todo: la puedes bautizar con el nombre de tu preferencia.

-Empezamos con los ingredientes:

Agua: Las aguas duras (ricas en sales minerales) son las recomendadas para hacer cerveza negra y las aguas blandas (pobres en minerales) son las recomendadas para hacer la cerveza rubia.

Malta de Cebada: Esta no es más que la cebada que ha germinado y ha sido tostada en un proceso que suele denominarse “malteado”, la malta se suele usar como fuente de azúcares para la fermentación de bebidas como cerveza, hidromiel y pan.

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Lúpulo: Su función es aromatizar y conservar la cerveza, gracias a sus propiedades antisépticas.

LUPULO

Levadura:  Son hongos microscópicos responsables de transformar el azúcar en alcohol y de producir gas carbónico. El gas carbónico es el responsable de que la cerveza tenga espuma.

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-Instrumentos necesarios:

Una olla grande
Una nevera de camping
Una licuadora
Un termómetro
Un recipiente con tapa
Un globo de cumpleaños
Un tubo largo de cobre
Dos metros de manguera

Una vez reunidos todos los materiales puedes empezar a hacer tu birra artesanal.

Atención, cerveceros trabajando:

– Primer paso

La primera actividad que deberás realizar será maltear la cebada en una olla grande. Primero debes moler los granos y después germinarlos.

Logrado eso, se mezcla la cebada (ahora sí, malteada) con agua caliente, formando una pasta que debe mantenerse en el fuego por dos horas, a 65°C. Una vez retirada el agua, queda el mosto, un líquido denso y dulce.

– Segundo paso

A continuación, el mosto debe ser hervido durante una hora y media. Durante el hervor es necesario ir agregando el lúpulo, destinado a brindar el aroma y el toque amargo que caracterizan a la cerveza.

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Gracias a este proceso el producto se esteriliza, evitando la proliferación de bacterias. Luego de concluido el hervor, será necesario revolver con fuerza la preparación, con el propósito de depositar en lo más profundo de la olla todos los residuos que puedan haber quedado, intentando siempre obtener una cerveza límpida y transparente.

– Tercer paso

Es clave que todos los elementos y recipientes empleados se encuentren convenientemente desinfectados, para evitar como dijimos anteriormente cualquier tipo de bacterias. Más aún en este paso, momento en el cual se enfría la cerveza.

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Se trata de lograr que el producto llegue a los 20°C lo más rápido posible, partiendo de una preparación que en ese momento estará en 100°C. Para lograrlo, se pasará la cerveza por el interior de un tubo de cobre, previamente enfriado con hielo.

Posteriormente se agrega la levadura, la cual tiene que estar hidratada desde las 24 horas previas a su incorporación.

– Cuarto paso

Hasta aquí tenemos una mezcla de concentrado, el lúpulo y la levadura. La misma deberá ahora pasar a un recipiente, donde se cumplirá el proceso de fermentación. En consecuencia, los azúcares del concentrado se transformarán en alcohol y gas, dos elementos que no pueden faltar en nuestra cerveza artesanal.

Para evitar ruidos y explosiones, el recipiente destinado a la fermentación se tapa con un globo tradicional de cumpleaños, pero pinchado para que el aire salga y no entre.

La preparación debe dejarse una semana en un lugar fresco y oscuro, con el objetivo de disminuir su densidad.

Si los pasos se realizaron correctamente, al destapar el recipiente debe aparecer un líquido verde y espumoso. Con posterioridad, esta producción se deberá transportar a otro recipiente fermentador (puede usarse el mismo, convenientemente desinfectado) y dejarse al frío por una nueva semana.

– Quinto paso

Luego de siete días, la cerveza ya debe estar en condiciones de ser embotellada.

En las botellas terminará su maduración, dejándose como mínimo 15 días en reposo en la nevera. Sin embargo, se aconseja para lograr un mejor resultado dejarla algunos días más, incluso un mes completo. Con una maduración perfecta y una bebida helada, evidentemente la cerveza obtenida no podrá tener desperdicio… Total dicen que lo bueno se hace esperar.

¡Salud!

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