X

La felicidad instantánea

Definitivamente vamos demasiado rápido. No es una percepción personal, la velocidad con que intercambiamos información por redes sociales y medios de comunicación lo confirma, pero lo preocupante es que esa aceleración queremos llevarla en nuestra vida diaria, como si estuviésemos en una carrera contra reloj y ante este panorama vale la pena preguntarse ¿Contra qué competimos? ¿A dónde queremos llegar tan rápido?

Leer además: El secreto de la felicidad podría esconderse en los genes

Es paradójico, pero a la velocidad que vivimos en vez de tener de todo más, pareciera que tenemos de menos, menos calidad de vida, menos vínculos personales adecuados, menos salud física y mental, todo esto se traduce en menos felicidad. Nos damos cuenta de nuestras derrotas emocionales y así como tenemos millones de informaciones en un instante, queremos felicidad instantánea, la receta para “sentirnos bien en 1, 2, 3…”. En el consultorio todos se apresuran a pedir una “herramienta para aliviar rápido el dolor” o “una técnica para que mi hijo haga caso de una vez”.

Irrespetamos los tiempos propios y los ajenos. La velocidad nos ha desconectado de nosotros mismos y aún así pretendemos ser felices rápidamente, sin embargo, ha resultado todo lo contrario, por  ejemplo, la Organización Mundial de la Salud estima que en un futuro no muy lejano el estrés será una epidemia laboral, causada, entre otras cosas, por largas jornadas de trabajo, de hecho la institución rectora en materia de salud señala que 25% de las personas examinadas por un médico sufren de ansiedad.

No existe la felicidad instantánea, esa es una ilusión que hemos construido a partir de nuestros estilos de vida precipitados donde todo lo obtenemos rápido. La recomendación principal es enlentecer nuestras rutinas, nuestros hábitos y el propio cuerpo, todo esto nos hará más conscientes de nuestros propios ritmos y el de los demás y nos permitirá reflexionar mejor sobre aquello que nos beneficia psicológica y físicamente.

Para enlentecer-nos:

– Practica algún tipo de meditación (activa, Yoga, etc.)

– Practica diariamente, por lo menos durante 5 minutos, la respiración diafragmática, en Internet hay manuales y videos que te enseñan cómo hacerlo.

– Realiza una actividad que disfrutes, por simple placer y no por compromiso.

– Mantén una conversación con alguien sin que medie un teléfono celular y otro dispositivo inteligente conectado a la Red.

Desdelaplaza.com / Heison Moreno

Related Post