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Deserciones, lesiones y un campeonato que no llegó para Magallanes

Justo cuando el calendario marcó el cumplimiento de los 100 años de la fundación de los Navegantes del Magallanes, el equipo nacido en Caracas pero que por problemas económicos en los 70′ pasó a hacer vida en el Estadio José Bernardo Pérez de Valencia, llegó a la temporada 2017-2018 del béisbol venezolano con la misión de hacer olvidar la temprana eliminación que tuvo el equipo en la campaña anterior y conseguir el campeonato para celebrar el centenario del conjunto más popular de Venezuela.

El Magallanes que tuvo dos caras distintas en la actual contienda, no pudo conseguir el objetivo de sumar un nuevo título a su palmares y luego de ser barrido por los Cardenales de Lara en la semifinal muchas fueron las preguntas que se hicieron los fanáticos del equipo, así como los seguidores del béisbol en general.

¿Qué pasó con el Magallanes? ¿Por qué un equipo que cuenta con centenares de peloteros en su nómina y decenas de figuras, incluyendo una veintena de grandeligas, llegó devastado a los playoffs? Fueron las interrogantes más repetidas por los seguidores de la «Nave Turca».

Responder estas preguntas no es cosas sencilla, tomando en cuenta que en los deportes ganan los atletas y equipos que hagan mejor las cosas y Magallanes no las hizo bien en sus series de postemporada frente a Caribes de Anzoátegui y los Cardenales de Lara. Por eso, lamentablemente, cierran con tan amargo sabor de boca una temporada donde el balance debería haber sido positivo.

La gerencia llegó a la campaña 2017-2018 con la responsabilidad de no fallar. Le dio el mando a Omar Malavé y redondeó un roster altamente competitivo, que dominó durante semanas el primer lugar, que por poco le aplicó un zapatero a su eterno rival los Leones del Caracas y cerró segundo detrás de Lara, por muy poca diferencia.

Ese resumen demuestra que la primera tarea se cumplió. La nave necesitaba recobrar el orgullo y su rol protagónico. Le urgía volver a los playoffs y lo logró.

El otro rostro ya venía asomando en diciembre, pero muchos no lo vieron. Estaba oculto detrás de una ofensiva temible y un balance de victorias que se nutrió del calendario de octubre y noviembre, cuando la nómina tuvo su mejor balance.

Las lesiones y deserciones forzadas hicieron lo suyo: se marchó Adonis García, José Tábata nunca estuvo sano, Frank Díaz ni siquiera vino, Andrés Eloy Blanco se fracturó, Luis Torrens se lastimó. Los más jóvenes se marcharon por cuentagotas: Humberto Arteaga, Gioskar Amaya, Miguel Aparicio, José Briceño, Samir Duéñez, Henry Centeno, José Gregorio Castillo, Jesús Zambrano, Luis Rengifo, Ismael Guillón, todos ellos llegaron y se fueron.

Igualmente, los filibusteros llegaron desmantelados a enero. La rotación se veía frágil, la banca quedó sin reservas y en varios compromisos sólo hubo dos o tres suplentes. Uno de ellos, Yolberth Gideón, fue llamado a la carrera. Por lo que fue obligatorio tomar a Alí Castillo en el segundo draft, en vez de buscar pitcheo, porque faltaban peloteros de posición.

Malavé hizo el recuento horas antes de caer eliminados ante Cardenales y aunque suene a «excusa» o a no «saber perder», lo cierto es que si ocurrió y lo que debió ser una serie pareja frente a los «crepusculares» terminó siendo una batalla desigual que terminaron ganando en cuatro compromisos.

¿Cuánto de eso fue infortunio y cuánto se pudo evitar? ¿Por qué un club con tanta profundidad terminó buscando debajo de las piedras a alguien que ayudara como suplente? ¿Era posible planificar mejor, administrando el talento disponible?

Esas preguntas sólo puede responderlas el alto mando magallanero. Es verdad que muchos peloteros se marcharon por petición de sus organizaciones en la MLB, pero Lara y Anzoátegui pudieron mantenerse más o menos enteros. ¿Por qué los turcos no?

Las últimas semanas fueron de desesperación, trayendo relevistas del extranjero para asumir el rol de abridores. Fue ese el epílogo de una zafra que pintaba para ser histórica por cumplirse los 100 años del club y que tuvo un final para el olvido.

@AlejandroRCD24

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