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Ideas para un diálogo productivo (II)

Hemos advertido que la superación de la crisis económica y de abastecimiento demanda la participación de todos los actores económicos y políticos, enmarcados dentro de la Constitución y respetando los derechos de todos y todas, especialmente los relativos a la paz y el acceso a los bienes fundamentales para el desarrollo de la vida misma. Para ello el cese del acoso a nuestra economía y del propio bloqueo financiero internacional es fundamental.

Uno de los temas más importantes es el relacionado con la producción de alimentos y el motor agroindustrial. Tenemos constancia en las voluntades del Gobierno Revolucionario por encausar las fuerzas productivas al modelo económico que nos señalan la Constitución y las leyes, a pesar del evidente el saboteo proveniente de las posiciones dominantes, incluso desde que inició el gobierno del Comandante Hugo Chávez.

La dimensión de la crisis nos obliga a buscar puntos de encuentro y una discusión profunda del avenir de nuestra economía agroalimentaria. La agenda debe garantizar que el desarrollo rural y agrícola apunte a la satisfacción de las necesidades de la población en materia alimentaria, rompiendo la nefasta dinámica de los alimentos como mercancía, pero dejando claro la necesidad de crear condiciones de sustentabilidad y crecimiento sostenido hasta alcanzar la condición de soberanía alimentaria.

La utilización de los medios de producción disponibles debe privilegiar la obtención de rubros que completen la dieta venezolana. Una correcta planificación de los tipos de alimentos a producir y su volumen debe ser elaborada en conjunto. En los actuales momentos de crisis, la liberalización de la producción, usando como único elemento de definición la rentabilidad, nos puede llevar a situaciones más comprometedoras.

Desde el ejecutivo deben garantizarse elementos como el financiamiento oportuno, acceso a los insumos y maquinarias, así como las políticas de precios que garanticen una justa remuneración del trabajo campesino y la dinamización del circuito de inversión para el crecimiento necesario. Esta política de precios debe ser muy diferente a las fijadas por la supuesta “mano invisible” del mercado, que en nuestro país se encuentra pervertida por la influencia del rentismo petrolero y sus ganancias exorbitantes.

Una vez abordados los temas de planificación de la producción, utilización de los medios de producción y precios, otros temas son fundamentales en el tiempo que sigue. La tecnología para la producción de alimentos y su impacto en el ambiente deben ser puntos a remarcar en el dialogo en marcha. Dicha acciones deben apuntar la disminución de la brecha tecnológica y la democratización de la producción alimentaria.

Tenemos confianza que la sensatez se impondrá en materia de producción de alimentos, los sectores que de manera poco saludable se han aprovechado de la coyuntura para maximizar sus ganancias deben deponer esta actitud y colocarse al lado del desarrollo nacional para mejorar las condiciones de vida y alcanzar la felicidad de todos y todas.

Ingeniero Agrónomo / Profesor Universitario

DesdeLaPlaza.com/Yván Gil

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