X

Un robot cruza todo Canadá «pidiendo la cola»

No son precisamente mayoría los conductores que paran a requerimiento de los autoestopistas. ¿Pero y qué ocurriría si se encontraran con un pequeño robot mostrando su dedo pulgar en la cuneta?

Todo ha partido de un departamento de la Universidad de Toronto, donde se plantearon experimentar las relaciones entre humanos y máquinas. Siempre se ha planteado la confianza que puedan tener los seres humanos en las máquinas. Pero nunca se había preguntado qué podían esperar las máquinas de sus creadores humanos.

El HitchBot con su «familia»

 

La profesora Frauke Zeller, directora del experimento, ha coordinado un equipo que reunió ingenieros mecánicos, sociólogos y programadores de la universidad para construir al primer robot autoestopista.

HitchBot con bondadosos conductores que lo han llevado de paseo

 

HitchBot con compañeros de su aventura turistica

Los conductores canadienses se han podido encontrar al borde de las carreteras al pequeño HitchBox, con sus piernas de flotadores de piscina, sus botas de goma amarillas y su silla telescópica sobre la cual esperaba que le recogieran.

Muy pronto HitchBot se convirtió en un fenómeno viral del que muchos conductores  han querido ser partícipes. Hubo incluso alguno que lo transportó 1.000 kilómetros para disfrutar de su compañía durante el viaje.

Al cabo de unas semanas todo el mundo en Canadá quería hacerse una foto con el pequeño robot para colgarla en la red. Incluso algunos se lo llevaron a sus casa para que descansar de su larguísima travesía.

Tras miles de kilómetros y otras tantas anécdotas registradas en su memoria, HitchBot llegó a su destino final el día 21 de agosto. Ahora los investigadores van a analizar todos los datos almacenados en el robot para sacar las conclusiones sobre las reacciones de los conductores  al encontrar a HitchBotx. El experimento trata así de estudiar esas nuevas relaciones que se establecen entre las máquinas y humanos en cuanto a seguridad y confianza.

De paso, HitchBot portaba nuevas tecnologías robóticas que ha podido utilizar y experimentar durante sus largas «vacaciones» en la carretera.

Desde la Plaza/El Economista/AMH

Related Post