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Cinco mitos de andar en bicicleta

Las bicicletas son un medio de transporte utilizado en algunas ciudades del mundo y se espera que su número se multiplique ya que – dependiendo de la región donde se encuentren- una ‘bici’ es útil para pasear, no usar tanto el carro y hasta para rebajar.

Las bicicletas siguen utilizándos y la fiebre ciclista aumenta con el paso de los años y con ellas las leyendas urbanas sobre sus usos y desventajas.

En Estados Unidos, por ejemplo, el número de personas que se trasladan al trabajo en bicicleta aumentó 60% en la última década según publicó la oficina de censo el pasado mes de junio. Las 786.000 personas representan sólo un 0,6% en comparación con el 2,9% que lo hace en Inglaterra y Gales.

En América Latina, por su parte, siguen apareciendo los sistemas de bicicletas públicos como el EcoBici en Ciudad de México, los carriles exclusivos para ciclistas como el de Bogotá y las ciclovías de Plaza Venezuela y la Avenida Bolívar en Caracas, tendencia que se repite en otras ciudades a lo largo del continente.

Debido al auge del uso de las bicicletas en los últimos años, muchas personas se unen a esta movida y cuando tienen dudas del tipo de bici que deben utilizar o el estilo de pedaleo acuden a los ciclistas veteranos en busca de consejos.

Por esta razón, aclaramos cinco de las principales inquietudes o dudas que tienen las personas que están por empezar a andar en bicicleta para recorrer sus ciudades a pedal.

¿Andar en bicicleta me hace rebajar?

Muchas personas se interesan en esta práctica por la premisa de que elimina esos kilitos de más.

Andar en bicicleta es una actividad aeróbica, que es el tipo de ejercicio que se recomienda para adelgazar y perder grasa en el cuerpo. El punto es que la pérdida de peso depende de cuántas calorías se queman y cuántas se consumen.

Un estudio publicado en la British Medical Journal reveló que las personas que van a trabajar de manera activa (bicicleta, corriendo o caminando) poseen un índice de masa corporal y porcentaje de grasa en el cuerpo significativamente menor que aquellos que lo hacían por una vía de transporte masivo o privado(carro, autobús, taxi, metro).

Una persona que pesa 58 kilos, por ejemplo, es capaz de quemar entre 170 y 250 calorías si se desplaza a un ritmo relajado, que puede aumentar a más de 400 si pedalea a una intensidad moderada o superior a 700 calorías si lo hace de manera vigorosa.

Es decir, andar en bicicleta puede ayudar a adelgazar, pero depende del ritmo en que se haga y la dieta que haga para complementar el desgaste físico.

¿Perjudica las relaciones sexuales?

Uno de los mitos con relación al uso de las bicicletas que afecta la vida sexual. Tanto hombres como mujeres piensan que esta práctica puede afectar la fertilidad, causar impotencia y hasta insensibilidad.

Hace unos años se publicó un estudio en el que se cuestionaba si la posición de la bicicleta podía causar adormecimiento y pérdida de sensibilidad en el área genital femenina.

El estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, Estados Unidos, hacía referencia a la altura del manubrio en relación al asiento, que si se encontraba más bajo producía una mayor presión en el perineo y una menor sensación en el piso pélvico, entre el ano y la vagina.

Pero los investigadores aclararon que esta condición podía cambiar con una modificación de la posición del manubrio y que se trató de un estudio pequeño, con un grupo reducido de mujeres de nivel competitivo.

También aclararon que sería necesario llevar a cabo más investigaciones con mujeres que usan la bicicleta como simple medio de transporte.

En cuanto a los hombres se han publicado muchos estudios que demuestran que la bicicleta puede causar trastornos genitales y disfunción eréctil.

Pero la más reciente investigación al respecto, en el que se analizó una muestra de más de 5.000 ciclistas, no encontró ninguna asociación con el tiempo que se pasaba sobre el sillín y la infertilidad.

El estudio resaltó que si la conclusión tomó en cuenta a ciclistas que recorrían unos 300 kilómetros, aquellos que lo hacen de manera más recreacional no tiene ningún tipo de riesgo.

¿Ayuda a reducir los niveles de contaminación?

Es evidente que al aumentar el número de personas que utilizan la bicicleta como medio de transporte disminuye el uso de vehículos en las ciudades y por lo tanto la contaminación ambiental.

Sin embargo, esta estadística no favorece directamente a los ciclistas, que pueden inhalar entre dos y cinco veces más partículas contaminantes que aquellos que viajan en automóvil.

Tanto el estudio publicado por Luc Int Panis, investigador del Instituto Flamenco de Investigación Tecnológica, como dirigido por el profesor Jonathan Grigg de la Escuela de Medicina de Londres, señalan que el causante es la respiración más rápida y profunda de quienes andan en bicicleta.

Esto hace que inhalen mayor las partículas ultra finas que están en el aire, que llegan a ser de cientos de miles en un centímetro cúbico de aire en las horas de mayor congestión.

¿Es malo para las rodillas?

Depende de la posición que se tenga encima de una bicicleta. Los expertos recomiendan que aquellas personas que van a montarla se asesoren en cuál es el tamaño que más se adapta a sus características y reciban asesoramiento de cómo debe ser la postura encima de la bicicleta.

Lo repetitivo de la acción de pedalear puede causar muchas molestias si no se logra que el movimiento sea fluido y sin mucho esfuerzo, que por lo general se logra poniendo el sillín a una altura adecuada.

También es recomendable comenzar a pedalear a un ritmo moderado e ir aumentando la intensidad gradualmente.

Andar en bicicleta es un ejercicio de bajo impacto y por lo tanto se recomienda frecuentemente en los tratamientos de rehabilitación de personas que han sufrido lesiones. Pero los especialistas de medicina deportiva también sugieren complementar su uso, que se trata de un movimiento lineal, con otro tipo de ejercicios de mayor impacto como correr.

El objetivo es desarrollar diferentes músculos y evitar problemas en otras partes del cuerpo, como huesos y articulaciones.

¿Casco o no casco?

El británico Chris Boardman, medallista olímpico y explusmarquista de la hora, ofreció una serie de consejos de seguridad para los aficionados a las bicicletas. La sorpresa es que en su lista de prioridades no se encuentra el casco.

«El problema es que desalienta a las personas y uno va tan seguro en una bicicleta como caminando. Estadísticamente también es más seguro que estar en tu propio baño. No hay nada malo en los cascos, pero si sólo el 0,5% de las personas lo utilizan en Holanda, que es de los países más seguros, debe ser por una razón«, explicó Boardman a la BBC.

Esta posición generó muchas críticas entre la audiencia y Boardman, que forma parte de una campaña del gobierno británico para incentivar a las personas a montar bicicleta, defendió su postura resaltando más los beneficios que se logran con el ejercicio que los riesgos que se toman al no usar el casco.

Sin embargo, el Instituto de Seguros para la Seguridad en la Carreteras en Estados Unidos, determinó que la mayoría de las 722 muertes que se produjeron en accidentes de bicicletas en 2012 ocurrieron en personas que no portaban cascos.

Según el instituto, los cascos también redujeron los riesgos de lesiones en el cerebro en un 85%.

DesdeLaPlaza.com/BBC Mundo/COM

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