Francisco ¿El papa que desafía a las mafias mexicanas?

El papa Francisco está de gira por uno de los países más inseguros del mundo, hasta para la propia iglesia católica.

Para nadie es un secreto que México tiene elevados índices de inseguridad, y hasta los sacerdotes han sido amenazados, muchos asesinados; por mafias de narcotraficantes que en ocasiones se han sentido expuestas por los sermones religiosos.

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La prensa mexicana ha reseñado que a petición del propio papa Francisco, los carros en lo que se movilizarán no serán blindados y que los laterales sean abiertos, «para tener mayor contacto con los fieles».

En varias publicaciones, incluida la BBC Mundo, México es un país en el que la delincuencia le ha perdido el respeto a la iglesia y coloca como ejemplo los 13 sacerdotes asesinados durante el mandato de Enrique Peña Nieto y los 25 durante el período de Felipe Calderón (2006-2012) .

En total, según el referido medio, desde 1990 se suman 52 ataques contra sacerdotes, seminaristas, sacristanes, un diácono, un cardenal y una periodista católica, y más de 3.000 templos católicos fueron profanados en la última década.

Acapulco peligroso

El padre Jesús Mendoza Zaragoza tiene una vista privilegiada de la bahía de Acapulco. Pero la ubicación de su parroquia, San Nicolás de Bari, en la colonia La Laja, también es un problema.

Desde hace siete años se ha tenido que acostumbrar a que los halcones (informantes) del cartel que controla la zona acechen su iglesia.

A veces cargan armas, se drogan en los salones o intentan divisar desde lo alto la llegada de policías o militares al barrio.

Y también prestan atención por si el sacerdote, de 61 años, habla de más en misa.

«Tengo miedo, pero a veces no me queda tiempo para tener miedo», le dice Mendoza a BBC Mundo con una sonrisa.

Mendoza lleva dos décadas al frente de esta parroquia en una zona deprimida de un balneario que vivió mejores épocas. Reconoce que ha tenido que activar protocolos de seguridad y que debe medir sus palabras para evitar ser blanco de ataques.

Considerada la ciudad más violenta de México, y la cuarta del mundo, Acapulco, está ubicada en el conflictivo estado de Guerrero, mayor zona de cultivo de amapola del país y una de las principales rutas del narcotráfico.

En este contexto, ni la Iglesia católica ha podido quedar al margen y el papa Francisco recorre por estos días uno de los países más peligrosos para el ejercicio del sacerdocio, donde hay padres que necesitan guardaespaldas y otros que han oficiado misa con chaleco antibalas.

DesdeLaPlaza.com/Agencias/RL