A 43 años de su fallecimiento recordamos a Miguel ángel Asturias

Un día como hoy en el año de 1974, fallece a causa de un cáncer uno de los hombres considerado protagonista de la literatura hispanoamericana del siglo XX, él fue Miguel Ángel Asturias Rosales.

En vida

Fue escritor, periodista y diplomático guatemalteco, que no solo contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana, también influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas, especialmente las de su país natal.

Con su personalísimo empleo de la lengua castellana uno de los mundos verbales más densos, sugerentes y dignos de estudio de las letras hispánicas.

Se graduó de abogado en la Universidad de San Carlos, en Guatemala, donde participó en la lucha contra la dictadura de Estrada Cabrera, hasta que fue derrocado.

Fundó y dirigió la Universidad Popular en 1922. Partió luego a Europa, donde vivió intensamente los movimientos y sucesos que la transformaban. Estudió lingüística y antropología maya con Raynaud, y de esa época es su traducción del Popol Vuh, junto con José María Hurtado de Mendoza.

Su primera obra importante es “Leyendas de Guatemala” (1930), conjunto de relatos que apareció en París con un prólogo de Paul Valéry, y que pertenece a su primer ciclo junto con “El Señor Presidente” (1946) y “Hombres de maíz” (1949).

“El Señor Presidente” tiene como asunto la vida en Guatemala durante la dictadura de Estrada Cabrera. Dice el autor que «(…) a través de mi piel se filtró el ambiente de miedo, de inseguridad, de pánico telúrico que se respira en la obra». En “Hombres de maíz” se puede ver el realismo mágico que subyace en toda su creación literaria. Representa, además, una consideración acerca del desarrollo de la humanidad desde una sociedad primitiva, analfabeta, y desde el mundo actual, liberal y capitalista.

En el género del cuento escribió además “Week-end en Guatemala” (1955), “El espejo de Lida Sal” (1967), “Tres de cuatro soles” (1971). Además de las novelas mencionadas, publicó “Viento “ (1950), “El Papa verde” (1954), “Los ojos de los enterrados” (1960), “El alhajadito” (1961), “Mulata de tal” (1963), “Maladrón” (1969) y “Viernes de dolores” (1972).

El guatemalteco ganó el premio Nobel de Literatura en 1967, el mismo año en que García Márquez publica su obra más alabada Cien años de soledad.

En su honor, el Premio Nacional de Literatura de Guatemala «Miguel Ángel Asturias» es el máximo galardón literario otorgado anualmente por el Ministerio de Cultura y Deportes del país centroamericano.

DesdeLaPlaza.com/Agencias/Rubén Scorche