Descubre cómo manejar la ansiedad de una vez por todas

Cuando la ansiedad ataca tu corazón se acelera, respiras de manera superficial y más rápido (hiperventilas), sudas

A un nivel de ansiedad tan alto se llega porque la información que recibes de tu entorno a través de los sentidos es procesada por el cerebro de forma errónea. Por ejemplo, si te encuentras ante un examen de conducir e interpretas esa circunstancia de forma negativa tu cerebro entenderá como si te encontraras ante un fiero león y por ello se desencadenará todos los mecanismos de respuesta ante un peligroso león.

En ese momento probablemente estarías sufriendo un ataque de pánico. Se considera que alrededor de un 20% de la población ha sufrido alguna vez uno. Pero, ¿por qué de ese 20% solo el 7% vuelve a tener problemas con la ansiedad? Pues porque ellos dieron a ese episodio de sus vidas más importancia de la que realmente tenía.

Volvemos al examen. Muchas personas se ponen enfermas ante un examen importante. Pero lo atribuyen a causas lógicas (no he desayunado, es la gripe, son los nervios, etc.). El pequeño 7% que tendrá problemas con la ansiedad será aquel que decida huir de la situación.

Si evitas, tu cerebro lo considerará peligroso y te hará sentir muy mal la próxima vez que te presentes al examen, o incluso cuando pienses en ello.

Hasta hace relativamente poco se ha considerado que el estrés era algo muy perjudicial. Esta errónea concepción ha hecho que lo convirtamos en el enemigo público de la salud.

Nuevos estudios de psicología clínica sugieren que la ansiedad solo es perjudicial si tú piensas que así lo es. Mi colega, la psicóloga Kelly McGonigal nos anima a ver la ansiedad y el estrés de forma positiva, y nos habla de un curioso mecanismo para minimizar las repercusiones negativas de la ansiedad: acercarnos a los demás, ser empáticos. Desde mi perspectiva como psicólogo clínico y en mi consulta de psicología cada vez lo veo más claro.

El estrés te hace sociable. Para entender esto, tenemos que hablar de una hormona, la oxitocina: la llamada hormona de los abrazos, porque se libera cuando abrazas a alguien. Es una neurohormona que facilita las conexiones sociales de tu cerebro. Te instiga y prepara para fomentar las relaciones con otras personas. Hace que desees el contacto físico con amigos y familiares. Aumenta tu empatía con los demás. Mejora tu disposición para ayudar y apoyar a la gente que aprecias.

Además por otra parte la liberación de oxitocina en respuesta al estrés te motiva a buscar ayuda. La respuesta biológica al estrés empuja a manifestar a alguien lo que sientes en lugar de guardártelo. También hace que notes cuando alguien de los tuyos está pasándolo mal, de esta forma facilita el apoyarnos mutuamente. Cuando la vida es difícil, la respuesta al estrés quiere que te rodees de gente que se preocupa por ti.

El modo que tengas de pensar y actuar puede transformar tú experiencia ante la ansiedad y el estrés. Esto va hacer que cuando elijas la opción de ver la ansiedad, o el estrés como algo útil, se generara en ti lo que podemos llamar la biología del coraje, de la lucha. Y cuando elijas relacionarte con otras personas bajo el estrés, puedas crear resiliencia, que es la capacidad que tiene el ser humano de adaptación a situaciones adversas y disfrutar al máximo de las posibilidades que nos da la vida, por escasas que estas sean o así nos lo parezcan. Tienes que saber convivir con la ansiedad y decidir qué nivel de estrés te vas a permitir.

Seguro que ahora te estarás preguntando: «¿Miguel Ángel es muy difícil cambiar y considerar la ansiedad como nuestra aliada?». Y yo te respondo «Pues sí, pero es posible. Para ello necesitas mucha constancia y trabajar mucho en esa idea. ¿Conoces a alguien que se haya superado así mismo a nivel deportivo sin haber entrenado antes? Bueno pues esto es lo mismo».

Pues ya sabes cómo controlar tu ansiedad y estrés de una vez por todas: hazte su amigo/a y no dejes de relacionarte con los tuyos.

DesdeLaPlaza.com/ THP- Miguel Ángel Rizaldos  / AMH