El dolor como fuente de placer

La trilogía de 50 sobras de Grey, despertó el interés por el mundo sadomasoquismo, donde la sumisión y el dolor forman parte de la fuente del placer. Pero, qué se entiende por este término cuestionado por algunos y practicados por otros.

En una relación sadomasoquista, debe haber un dominado y un dominante. En este tipo de relación puede haber prohibiciones, disciplina y restricciones mediante azotes y flagelación. Lo que hace que muchas personas digan que es una práctica abusiva, aunque quienes la practican la defienden diciendo que este tipo de violencia no es real y es placentera.

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Sadomasoquismo viene del sadismo y masoquismo. El sadismo, término desarrollado a partir del nombre del Marqués de Sade, consiste, por parte de una persona, a infligir sufrimiento al objeto de su deseo para acceder al placer. El masoquismo, al contrario, consiste en recibir, y necesitar, este sufrimiento para alcanzar el mismo placer.

La pareja, por lo tanto, establece una relación de dominante/dominado, en la que la puesta en práctica de violencia verbal y servicios corporales les va a proporcionar una satisfacción intensa. Es una práctica sexual que utiliza el dolor, la dominación, o incluso la humillación, en la búsqueda del placer.

Para empezar, necesita una puesta en escena particular, lo que explica que se suela practicar en clubes especializados. Cada miembro se viste con prendas que definen su estatus y utiliza diversos instrumentos: máscaras, esposas, cuerdas o cadenas, látigos y fustas. Quienes practican sado construyen un estilo de vida. Cuanto menos, hacen un camino exploratorio de su propia sexualidad, a través del BDSM. Este acrónimo surge de la unión de tres conceptos clave: bondage -restricción física por medio de cuerdas- y disciplina; dominación-sumisión; sadismo y masoquismo.

Las prácticas incluyen roles sexuales, fetichismo y cambios de poder. Este último punto es interesante porque el mundo sado suele derribar las normas sociales no solo en la sexualidad, también en las relaciones humanas. No hay que confundir el bondage con el sadomasoquismo.

Aunque actualmente el uso de esposas, e incluso de látigos, es una forma de amenizar la vida sexual, el verdadero sado está en otro nivel. Algunas personas piensan que este tipo de relaciones son buscadas por personas con baja autoestima, nada más lejos de la realidad. Es una variante en las prácticas sexuales de parejas donde el dolor es parte de su placer. Para llevar una relación sadomasoquista es necesario que se exista la comunicación para establecer los límites. Es muy importante hablar acerca de todo lo que sucederá, por lo que hay que mantener los límites dentro del respeto de la pareja. 

Algunos juguetes que se pueden utilizar:

Las máscaras generalmente son de látex, y vienen disponibles en varios modelos, algunas pueden venir con mordazas, y hay otras que traen una bomba de succión incluida.

Las esposas, cadenas y ataduras para muñecas son elementos indispensables para la dominación.

Las pinzas para pezones sirven como estimulación y fuente de placer. Vienen en varios modelos y materiales. Además son aptas para usar en otras zonas erógenas del cuerpo como en el clítoris, pene y testículos.

Las fustas y látigos utilizados para castigar a la pareja, también disponibles en una gran variedad de modelos. Y finalmente la lencería en cuero, de látex o vinilo fundamental para complementar cada estilo.

Si nunca se ha tenido una relación sadomasoquista, se puede iniciar en el bondage, que consiste en atar a la pareja, de esta manera sabrás si estás preparada para pasar a otro nivel.

También pueden turnarse, ser la dominadora, así controlarás todo mientras él recibe placer, y se pueden asumir roles para disfrutar de sus fantasías sexuales más íntimas.

Es importante recordar que las prácticas sexuales deben estar conversadas y aceptadas por ambos miembros de la pareja.

 

DesdeLaPlaza.com/Rina Morales Mera- Orientadora En Sexología- Tw: @Rinamoralesmera