Himen entre mitos y realidades

Alrededor del himen se han construido muchas historias que en su mayoría siguen creyéndose hoy día como la estrecha relación que tiene con la virginidad, que es necesario que una mujer sangre la primera vez que tiene relaciones sexuales para demostrar a su pareja que era virgen y en muchas culturas aún es aplicable.

El cuerpo de la mujer es complejo y, encima, carga con muchas falsas creencias. El himen es uno de los más nombrados, y sin embargo de los más desconocidos, ya que su significado simbólico ha tenido gran importancia a nivel social y cultural por relacionarse con la virginidad de la mujer.

Su nombre deriva del Himeneos, el dios griego del matrimonio, quien era un joven muy bello y era invitado a todas las bodas de los pueblos, si él asistía esa boda sería un éxito.

Desde el punto de vista fisiológico, el himen es una membrana fina de tejido, frágil e incompleta, que se encuentra en el orificio vaginal, cubriéndolo en parte pero no completamente, ya que de lo contrario no sería posible la menstruación. No tiene una función orgánica, pero se cree que ayuda a aislar la vagina de los microorganismos que pueden llegar a causar infecciones vaginales, sobre todo durante la niñez, pero tranquilamente se puede vivir sin él.

Sin embargo, esta membrana se puede desgarrar sino se tiene cuidado al andar en bicicleta, montar a caballo, gimnasia olímpica u otro movimiento brusco que haga en la niñez. Por lo tanto, un himen roto, no constituye evidencia contundente de que la mujer no es virgen. Por otra parte, existen casos en los que el himen es tan flexible que puede realizarse el coito en forma repetida, sin ocasionar la ruptura de esta membrana.

El himen flexible también conocido como himen dilatable es aquel cuyo orificio tiene unas dimensiones mayores que permite la entrada del pene o de los dedos sin que se rompa. El aumento de las dimensiones se debe a que en este tipo de himen tiene una capacidad elástica que le dota de gran flexibilidad y permite el aumento del tamaño y que posteriormente el himen vuelva a su posición normal cuando el elemento externo sale del cuerpo.

Hay toda una serie de mitos y de fantasías en relación al primer coito. Se supone que la ruptura del himen trae inmensos dolores, que luego de ello la mujer puede verse perturbada en su capacidad de goce. Pero es sólo es un mito. La forma y el tamaño del himen difieren mucho entre las mujeres. Lo más común es que se no esté completamente cerrado. Sin embargo, se puede dar que con el nacimiento, el himen esté completamente sellado y permanezca así hasta la primera regla.

Los hímenes normales se caracterizan porque el orificio se encuentra en el centro suele estar situado hacia arriba o en la línea media. En el himen normal podemos encontrar varios tipos:

El himen normal anular el orificio está en el centro y éste está rodeado de una membrana que suele tener un ancho similar. El Semilunar el orificio está ubicado en la parte superior. Recibe su nombre porque por debajo del hueco hay una membrana con forma de medialuna. Y el labial. En la línea media del himen hay un hueco alargado. A cada lado hay una membrana que simula la apariencia de unos labios.

Se viene hablando mucho sobre la himenoplastia o reconstrucción de himen, que consiste en la unión de los restos del mismo. Cada año se les reconstruye el himen a 500 mujeres, y esta práctica está en auge. Esta intervención ginecológica ha aumentado un 30% en el mundo. La mayoría de las pacientes, un 80%, son de etnia gitana o tienen como religión el islam, y pasan por el quirófano para poder casarse vírgenes, según mandan sus costumbres. La edad oscila entre los 19 y los 25 años.

Esta intervención se debe realizar poco antes de que se vayan a mantener relaciones sexuales. Es una operación sencilla que se debe realizar de un mes a 6 semanas antes de la boda para que los puntos internos hayan tenido tiempo de curarse por completo. Esta intervención se puede llevar a cabo con anestesia local.

DesdeLaPlaza.com / Rina Morales Mera
ORIENTADORA EN SEXOLOGIA
TW: @RINAMORALESMERA